- Pese a los anuncios del gobierno federal un poblano cuenta su historia de repatriación tras 15 meses de cárcel
- Lo detuvo la policía y por no tener papeles, fue deportado.
Este lunes llegaron 150 deportados al aeropuerto Benito Juárez, entre ellos Lázaro C. M. quién después de 14 años regresó con tan solo 20 dólares americanos, una tarjeta para hablar en un teléfono público y la añoranza de separarse de su esposa y sus 2 hijos, lamentó que el Consulado Mexicano y la Embajada no pudieran ayudarlo, ni siquiera para ofrecerle un nuevo cambio de ropa.
El Consulado Mexicano, en una entrevista sostenida aun en Estados Unidos, les prometió ropa, mochila parta sus pertenencias, pero al llegar a México no recibieron nada de lo prometido, porque no lo tiene, solo le pagaron el pasaje hasta San Martín.
En este municipio se encontrará con un familiar quien lo ayudará para continuar su viaje. Nunca supo de las promesas del gobierno mexicano para ayudar a los repatriados, tampoco tuvo oportunidad de recibir apoyo a su llegada a México
Tennessee, Luisiana, Alabama, fueron tres de los estados cuyas cárceles albergaron a este poblano a quien a las 4:00 horas de este lunes luego de esposarlo de pies y manos, lo subieron a un avión en calidad de deportado y a medio camino le quitaron las esposas con la advertencia de que nos se debía mover.
Lázaro C. M. sobrevivió a las celdas norteamericanas en donde por 15 meses esperó para ser deportado, al llegar a la ciudad de México solo tenía una bolsa con comida una tarjeta telefónica y 20 dólares para llegar a su tierra natal Tehuacán, decidió buscar a un familiar en San Martín Texmelucan, para descansar un poco, darse un buen baño, cambiarse de ropa y llegar a casa de su madre.
Se fue a Estados Unidos en el 2003 con apenas 17 años de edad, fue difícil conseguir un trabajo remunerado, viajó por diferentes estados, hasta que encontró una jornada de maquilero de pantalón con un sueldo de 8 dólares por hora; después de 3 años cambio al giro de la construcción de casas, alcanzó el sueño americano con una pareja mexicana y formó una familia en el estado de Tennessee.
Desafortunadamente no consiguió la residencia y no olvida que el 17 de diciembre, fecha de su cumpleaños, en plena lluvia lo paró la policía, no pudo exhibir documentos ni seguro social, lo llevaron a la cárcel y pese al pago de una fianza, empezó su peregrinar ante diferentes cárceles durante 13 meses en los que Estados Unidos de Norteamérica lo investigó de todo.
Ya en migración, después de 7 semanas “te hacen correr un proceso que es muy difícil, te hacen que te desesperes, la comida es muy fea, lo levantan a uno a las 5 de la mañana, ya no lo dejan a uno dormir, se baña uno con pura agua caliente caliente, no venden crema, no venden pasta, solo lo que ellos le dan es un sobrecito de jabón” así su historia.
Finalmente se reencontró con su familia en Texmelucan y advirtió que buscará la forma legal de volver a unirse con sus hijos y con su esposa, no sin antes viajar a Tehuacan para reencontrarse con su madre.
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