Juan Carlos Lastiri
Si bien el Gobierno de Trump se preserva en la lógica incendiaria de sus dichos de campaña, igualmente cierto resulta que sus embestidas hacia México han ido a la baja, quizás en parte debido a las reacciones internas de rechazo y en parte a los yerros en la implementación de sus famosos decretos ejecutivos. Para muestra, unos botones. Recientemente Ford aclaró que la anulación del proyecto de creación de su planta en San Luis Potosí había sido una decisión de rentabilidad, ajena a las amenazas de Trump.
A modo de confirmación, anunció inversiones en plantas ya existentes y abrió la posibilidad de trasladar, en un futuro cercano, mas partes de su producción a nuestro territorio. En un primer momento Canadá anuncio que no necesitaba de México para renegociar con Estados Unidos el Tratado de Libre Comercio (TLC), sin embargo hace unos días modificó sustancialmente su postura, remarcando su interés en nuestro país como socio y amigo y vindicando la renegociación del TLC como un asunto trilateral. En propio suelo Estadounidense, los comercios que han logrado posicionarse en el gusto latino y que hoy trabajan con muchos migrantes, hicieron un paro para expresar su rechazo a la política antimigratoria de Trump.
Congruente con sus posturas públicas de apertura al diálogo y la negociación, la actitud del Gobierno de México ante estas muestras de apoyo y solidaridad fue de reserva y mesura, hablando siempre de seguir adelante en la construcción de una relación bilateral de respeto y acompañamiento mutuo. Y tal parece que en la Casa Blanca se encendieron algunas alertas ya que, con el marco que nos había dejado la llegada de Trump, se esperaría que la soberbia siguiera reinando en contra de nuestro país pero, lejos de eso, el Gobierno Norteamericano ha dado muestras de tener otras intenciones.
Recientemente, a pesar de que el Presidente Peña rechazara visitar a Trump, hemos tenido una visita de trabajo con funcionarios de alto rango a nuestro país, como el Secretario de Estado Tillerson, en busca de destrabar la agenda que se tiene de ambos países. Esta es la primera reunión que se da como grupo de trabajo y tan sólo a escasas semanas de que asumieran el cargo los Secretarios de Estado y Seguridad Interna de los Estados Unidos; sin duda esto es un reflejo claro que para el Gobierno Norteamericano es importante la relación con México, como lo es la relación con Estados Unidos importante para México.
Todo apunta a que, como solemos decirlo, después de la tempestad viene la calma y finalmente, nuestros vecinos saben que México no solo es parte de un gran mercado con rendimientos crecientes para ellos y sus empresas sino que, somos parte de sus aliados estratégicos en muchos temas. Por mencionar, en estas mesas de trabajo se reconoció que México ya no es un país de migrantes sino uno de paso para nuestros hermanos centroamericanos y que si se piensa detener la migración hacia Estados Unidos, nuestro país debe ser aliado de las estrategias que ellos generen.
Se han expresado opiniones comunes y los titulares han reconocido la importancia que tiene la relación bilateral para ambos países y subrayan el sólido andamiaje institucional que sustenta la relación en diversos temas, entre los que se encuentran comercio, inversión, competitividad, migración, protección consular, seguridad, procuración de justicia, infraestructura fronteriza y aduanas. El buen signo de la visita es que los mercados se han estabilizado y el tipo de cambio ha ido a la baja con este tipo de señales, lo cual incentiva a seguir en una política de respeto pero, de no ceder soberanía hacia nuestros vecinos. Y siguiendo en este tenor, esta semana se ha delineado que nuestro país no dejará el tema comercial de lado, de hecho se habla de aplicar la ley del talión que dice “ojo por ojo” en caso de que las amenazas sobre este sector se lleven a cabo, sólo que al pensarse dirigidas nuestros vecinos tendrán que calcular muy bien sus consecuencias.
Sabemos que uno de los sectores más sensibles en Estados Unidos es el primario dada la cantidad de subsidios que requiere para su desarrollo y su cantidad de deuda que ha generado, así que si se insiste en grabar productos nacionales nosotros grabaríamos los bienes primarios que hoy compramos a los norteamericanos lo cual, no es menor para ellos ya que compramos cerca de 2,500 millones de dólares anuales con lo que superamos en más de un 40% las compras hacia ellos de países como Japón, segundo cliente, en este sector. No es nuestro mejor escenario el que esto se lleve a cabo, nuestro país ha privilegiado una política exterior de amistad y de respeto hacia todos los países con los que tratamos pero, que nadie dude que tengamos capacidad para también responder ante políticas hostiles aún de nuestro mejor socio comercial y vecino. “Ojo por ojo” si es necesario ante nuestra soberanía expuesta, esperando siempre que la vía del dialogo lleve a un camino menos agrietado en esta relación que no esperábamos pero, que estamos construyendo de nuevo con nuestros amigos del norte.
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