En una rueda de prensa, las investigadoras Carolina Morán Raya, Ana Lluvia García, María Eugenia Ochoa y el ambientalista Francisco Castillo Montemayor, se dio lectura a la misiva en la que los firmantes reconocen las iniciativas recientes de los tres niveles de gobierno, pero advierten que las acciones realizadas hasta ahora no han logrado mitigar el deterioro ambiental ni aliviar los problemas de salud de las comunidades afectadas.
“Las enfermedades catastróficas como daño renal, leucemia, cáncer, malformaciones congénitas y afectaciones dermatológicas siguen afectando a niños, jóvenes y adultos, con una incidencia por arriba de la media nacional”, señalan.
En esa lógica, recuerdan que la Cuenca del Alto Atoyac es reconocida oficialmente como una de las tres más contaminadas del país, situación que amerita un plan de acción transexenal, interinstitucional y con participación social y científica, capaz de atender las verdaderas causas del deterioro socioambiental que impacta el aire, el agua, el suelo y los alimentos.
El pronunciamiento establece una serie de acciones urgentes como la regularización inmediata y permanente de las descargas industriales, en especial de las empresas que arrojan metales pesados y compuestos tóxicosa los ríos Zahuapan, Atoyac y Alseseca.
Indican que también es necesario el cumplimiento estricto del título de concesión otorgado a Concesiones Integrales “Agua de Puebla”, garantizando que la empresa realice las tres fases de tratamiento de aguas residuales conforme a la NOM-001-SEMARNAT-2021.
Asimismo, demandan atención médica adecuada y sostenida para la población afectada, con abasto de medicamentos y capacitación en toxicología ambiental al personal de salud.
Proponen la creación de un mecanismo interinstitucional con participación social, mediante un Organismo Operador de Cuenca de carácter federal, que coordine las acciones, garantice transparencia y evite la dispersión institucional.
Como acciones estructurales, proponen el diseño de un Plan Integral de Cuenca que enfrente los factores estructurales del deterioro: industrialización desregulada, deforestación, erosión, contaminación del aire y normas permisivas.
Asimismo, la construcción de un Plan de Justicia Socioambiental y Sanitario que asegure derechos, reparación del daño, recuperación de ecosistemas y transparencia en la información pública.
Las y los firmantes advierten que el saneamiento del Atoyac no puede basarse en acciones aisladas, simbólicas o cosméticas, pues las jornadas de limpieza y las plantas de tratamiento dispersas no han logrado revertir la contaminación, que ha crecido más del 60 por ciento en las últimas dos décadas.
“Como académicos y ambientalistas, manifestamos nuestra vocación social y ponemos a disposición de los gobiernos nuestro conocimiento científico, experiencia técnica y compromiso ético”, expresan.
La epístola fue rubricada por Gabriela Pérez Castresana, Andrés Barreda Marín, Aurelio Fernández Fuentes, Francisco Castillo Montemayor, Francisco Vélez Pliego, María Eugenia Ochoa García, Ana Lluvia García Vilchis, Lisett Santa Cruz Ludwig, Yolanda Pica Granados, Rafael Rodríguez Moreno, Alejandra Meza Velarde, Víctor Hugo César Ramírez, Mariano Castellanos Arenas, Carolina Morán Raya, Samuel Hernández.
FÓRMULAS AGOTADAS
“Ese camino que están siguiendo (ahora las autoridades para sanear el Río Atoyac) ya lo recorrimos, el empezar a hacer pequeñas plantitas en la parte de arriba, pues no necesita más comprobante, que vean todas las plantitas que están abandonadas y que no han dado resultado porque tienen muy poca capacidad y las están construyendo donde no está el problema”, aseveró Francisco Castillo Montemayor.
Añadió: “El problema está aquí en la ciudad de Puebla, eso dicen los diagnósticos, eso dicen las investigaciones, eso dicen todos los trabajos que han realizado universidades, politécnicos, y todos nos dicen: en este punto se está presentando grandes concentraciones de contaminantes, en este punto están los generadores de la contaminación, de las sustancias tóxicas, de los coliformes fecales, aquí es donde están provocándose las enfermedades, donde se está muriendo la gente. Entonces lo lógico es que empecemos a frenar este problema“.
“Por eso nosotros le estamos diciendo a la presidenta, no con un escrito hecho en las rodillas, no, sino que es producto de mucho, mucho trabajo, le estamos pidiendo, reflexionen, aquí está el problema, aquí requerimos las acciones y lo tienen los investigadores perfectamente identificados: quiénes son, cuáles son las empresas, cuáles son los municipios“, abundó.
Y remató: “No creo que estamos inventando el hilo negro, muchos de ustedes lo conocen, Aguas de Pueblatiene cuatro plantas sin terminar, que le entregaron más de 10 años y no ha terminado el proceso, tiene que construir segunda y tercera etapa del tratamiento. Si eso hiciera Aguas de Puebla, lograríamos limpiar muy cerca del 80 por ciento de las aguas residuales que descargan todos los 22 municipios, porque aquí los concentra Puebla (capital), aquí concentra las aguas de San Pedro, San Andrés, Cuautlancingo, Coronango, Amozoc y de la ciudad de Puebla y sus juntas auxiliares. Entonces aquí es donde se tiene que entrar”.
El también preso político indicó que la Federación y el Ejecutivo estatal deben presionar a la compañía para que cumpla con el contrato.
QUE LOS POBLANOS SE ENTEREN
Por su parte, María Eugenia Ochoa dijo: “Nosotros lo que queremos es que la ciudadanía se entere, porque poca gente, y sobre todo aquí en Puebla, conoce la situación de la contaminación. Por ejemplo, en el caso de Tlaxcala hay mayor conocimiento de mucha de la población que está viviendo a las orillas del Atoyac, en el afluente Zahuapan, donde se están enterando y además denunciando los graves problemas que está generando la contaminación. Pero en el caso de Puebla tenemos incidencia de enfermedades. Investigadoras como Gabriela Pérez Castresana tienen una investigación muy profunda ligada a las enfermedades generadas por la contaminación, que es un problema de leucemia, cánceres y enfermedades renales, enfermedades de la piel”.
Luego, apuntó: “hay poco conocimiento y sensibilización de la población. Mucha de la producción agrícola está siendo regada con agua contaminada, incluso hay producción de peces, se comen las truchas, otro tipo de peces y están siendo o viven en este espacio contaminado con metales pesados, otras sustancias, esto es gravísimo. El nacimiento con malformaciones congénitas es terrible también”.
Con información de: La Jornada de Oriente

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