· Sus cenizas serán depositadas mañana en la Cripta de los Obispos en Catedral.
· Los católicos Texmeluquenses lo recordarán por el afecto que mostró a esta comunidad.
· Durante su última visita a San Martín aplaudió la participación social de los gremios en el festejo patronal.
La mañana de ayer sábado, murió el Arzobispo Monseñor Rosendo Huesca Pacheco, a los 85 años de edad, la Arquidiócesis de Puebla informó que el deceso ocurrió a las 3:00 horas de la madrugada, luego de ser velado todo el sábado, en el Seminario Palafoxiano, el domingo se abrió la Puerta del Perdón de Catedral para recibir sus restos y la despedida de la feligresía poblana.
Monseñor Rosendo Huesca Pacheco, fue el séptimo Arzobispo de la entidad poblana, originario de Oaxaca y con una gran afinidad y un enorme cariño con San Martín Texmelucan, donde pasó muchos años de su vida, celebró la misa de gremio que con motivo de las fiestas patronales se efectúa cada año en esta ciudad; el pasado 12 de noviembre a las 13:00 horas en la Parroquia de San Martín Obispo de Tours en Texmelucan.
Su cuerpo se encuentra desde las 10:00 horas en el Altar de los reyes de la Catedral de la ciudad de Puebla. El Arzobispo desde 1977 y hasta 2009 que llegó su sucesor Víctor Sánchez Espinoza, será cremado después de una misa de cuerpo presente mañana lunes, para que sus cenizas sean depositadas alrededor de las 19:00 horas en la Cripta de los Obispos en la Catedral de Puebla.
Durante la homilía de lo que fue su última visita a Texmelucan oró mucho por los muertos y afectados del sismo del pasado mes de septiembre y pidió a Dios por todos los gremios participantes en los festejos del Santo Patrono de los comerciantes, en lo que él llamó “una hermosa tradición de la comunidad, felicitó y aplaudió la participación social a través de esa figura y manifestó sus permanentes oraciones para que Dios pague con trabajo todos los gremios parroquiales.
En lo que desde ahora será la última entrevista concedida a los reporteros de la fuente en Texmelucan, como cada año al concluir la misa; Monseñor Rosendo Huesca, reconoció que la región de Texmelucan se contaminó con el trasiego de hidrocarburo y pidió a los ciudadanos no mezclarse en esos asuntos, afirmando que si el negocio crece es porque alguien compra, de lo contrario el combustible se evaporaría, concluyó.
Durante su desempeño el Arzobispo Emérito fue anfitrión de la visita de Juan Pablo II. Luego de sus estudios de teología y derecho canónico en Roma, fue ordenado sacerdote a los 24 años, su preparación continuó en otras disciplinas tales como la psicología y la pedagogía.
Destaca su aportación en los proyectos de ayuda social tales como el Banco de Alimentos, Cáritas, así como casas para jóvenes, adolescentes y campesinos y proyectos de alfabetización de adultos.
Luego de que se diera a conocer el deceso del jerarca católico, algunos personajes poblanos, comunidades académicas y representantes de otros países expresaron su pésame en redes sociales, otros enviaron arreglos florales al Seminario Palafoxiano, entre ellos, José Rafael Núñez Ramírez, edil de San Martín Texmelucan, quien también estuvo presente en la misa del pasado 12 de noviembre.
A decir de diversas opiniones de quienes conocieron la trayectoria del Arzobispo Emérito, Don Rosendo Huesca, él supo hacer un cuidadoso trabajo de reconciliación con todos los grupos de católicos de Puebla. Muy especialmente supo entablar puentes de comunicación con grupos liberales y de otras religiones con lo que en todo momento sumó en favor de la paz.
Otros lo recuerdan como un estudiante que siempre destacó con los mejores promedios. Como sacerdote se abocó a impulsar el deporte entre los jóvenes. Como obispo auxiliar y arzobispo, dio lo mejor, como en su ejercicio de catedrático en la Universidad Autónoma de Puebla y en otras instituciones de educación superior.
Su personalidad nunca varió desde seminarista. Gustaba de convivir con gente de todos los sectores y condiciones. No rehuía invitaciones, disfrutaba todo tipo de comida y bebida. Gustaba de ser buen conversador y conocedor de todos los temas.
Sus detractores lo destacan como un sacerdote que protegió a los curas pederastas y afirman que en 1976 estuvo a punto de convertirse en el sexto arzobispo de Puebla, pero la activa ultraderecha poblana, promovió una campaña en su contra desde Puebla hasta la Santa Sede, en donde finalmente se designó a don Ernesto Corripio Ahumada como el sucesor de don Octaviano Márquez y Toriz quien había mantenido una estrecha relación con los grupos más conservadores.
Finalmente, en el marco de las leyes de los hombres el tiempo para ser juzgado terminó y en la ley de la fe católica, será la promesa de la vida eterna y la oración de los católicos la que lo ayude a transitar de este mundo hacia el encuentro con Dios y con esa promesa.
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