La Secretaría de Seguridad asegura que del aeropuerto de Hermosillo solo salió el piloto de la aeronave, que aterrizó en Texas con dos capos. No aclara si el criminal fue detenido o se entregó.
El Gobierno mexicano ha explicado esta mañana la cronología del intercambio de informaciones con la embajada estadounidense en la tarde de este jueves sobre la captura de Ismael el Mayo Zambada en El Paso, pero no ha aclarado si fue una entrega o una captura: “No lo sabemos”, ha dicho la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez. Lo que sí ha asegurado es que desde el aeropuerto de Hermosillo, del que despegó el avión privado, solo salió el piloto Larry Curtis Parker, pero no el capo de la mafia ni el segundo apresado, Joaquín Guzmán López, uno de los hijos de El Chapo. “Salió uno y llegaron tres”, ha dicho Rodríguez, sin precisar qué paso en la ruta que siguió la aeronave antes de aterrizar en el aeródromo de Santa Teresa, en El Paso (Texas).La nave, una avioneta tipo Zegna despegó alrededor de las 7.55 de la mañana del jueves y aterrizó a las 10.19 en Estados Unidos. Rodríguez ha destacado la colaboración con las autoridades estadounidenses pero ha negado que las fuerzas armadas mexicanas hayan participado en ningún momento en este operativo. Todavía están consultando con las fiscalías mexicanas para ver cuántas órdenes de aprehensión tienen contra el Mayo Zambada en este país, por el momento se conocen cuatro vigentes por delincuencia organizada, delitos contra la salud y manejo de armas. Rodríguez no ha confirmado por el momento que se vaya a solicitar una orden de extradición. Sí ha dicho que ha habido una “buena comunicación” entre la fiscalía estadounidense y la mexicana. Pero todavía no hay un intercambio entre los gobiernos.
La detención del capo de Sinaloa, que a pesar de su larga trayectoria frente a una de las familias criminales más temidas en México y Estados Unidos nunca ha pisado una cárcel, sigue envuelta en brumas, al menos en México, donde la información recibida procede de la embajada estadounidense y no despeja alguna de las dudas principales. Estados Unidos se han adjudicado por completo la captura que sirve a los demócratas, en pleno proceso electoral, para colgarse una medalla en la lucha contra el fentanilo, la droga que está matando a miles de personas en aquel país. A la organización del Mayo Zambada y otras tres que comparten con él el narcocrimen en la zona noroeste de México se les atribuye la introducción de fentanilo hacia Estados Unidos, una de las grandes amenazas contra la salud de la población que mantiene en guardia a la Casa Blanca. El capo ahora detenido fue acusado de tráfico de fentanilo por un tribunal de Nueva York en febrero de 2024.
La captura del Mayo Zambada, ya de avanzada edad y en malas condiciones de salud, fue una sorpresa en la tarde de este jueves y más aún cuando se conoció que la operación era un dos por uno, puesto que en la avioneta viajaba también uno de los hijos del Chapo, Joaquín Guzmán. Ambos están retenidos en Estados unidos a la espera de una primera audiencia judicial. La detención supone un golpe a la cabeza del cartel de Sinaloa, uno de los más poderosos de México. La secretaria de Seguridad no ha querido señalar quién sería ahora la nueva cabeza de esa organización ni se ha hablado de reforzar, por el momento, las medidas de seguridad en la zona en la que opera esta mafia. En ocasiones, la detención de uno de estos criminales ocasiona toda una serie de revueltas armadas que ponen patas arriba el territorio.
En las escasas declaraciones que se conocen del Mayo Zambada destaca una en la que dijo temer, más que a nada, la cárcel y se declaraba hijo del monte, que le daba protección. Desde los 16 años había participado en operaciones criminales, pero sobre él se extendió la leyenda porque hoy cuenta 76 años y a pesar de que se le ha buscado hasta debajo de las alcantarillas, nunca fue apresado. Las fotos de la detención en Estados Unidos ya presentan a otro hombre, no parece el de 1,80 metros de altura que describió antaño el periodista Julio Scherer, cuando lo dibujaba con un cuerpo “como una fortaleza”. Vestido con una camiseta azul tipo polo, el mafioso aparece más delgado y el frondoso bigote de siempre lo lleva recortado. Su cara ha perdido los mofletes de años más jóvenes. Los días de bruma y leyenda parecen haber terminado.
Con información de: El País
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