martes, 4 de noviembre de 2025

Hallan en Atlixco a comerciante de hace 2 mil años con atuendo de serpentina

 Descubren en Atlixco a Maxtli, un antiguo comerciante con atuendo funerario de serpentina verde de hace 2 mil 800 años.

Foto: Angelina Bueno

Maxtli, llamado así por lo que se creyó era un taparrabos con piedras de serpentina verde, fue un atlixca de hace 2 mil 800 años, es decir, entre 500 a 800 años antes de Cristo.

Se calcula que tenía aproximadamente 40 años y muy posiblemente se dedicaba al comercio, por lo que habría tenido la posibilidad de contar con un atuendo funerario de gran valor.

Así lo compartió el arqueólogo Miguel Medina Jaén, responsable por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)de los hallazgos prehispánicos en Atlixco registrados desde hace siete años.


Maxtli fue encontrado varios metros bajo la calle 15 Sur, esquina con avenida Hidalgo, frente al parque La Soledad. El hallazgo ocurrió en enero de 2024, durante trabajos de repavimentación en Atlixco.


De primera mano se encontró una osamenta a un metro bajo el nivel de la calle y Maxtli estaba metros más abajo. Llamó la atención del arqueólogo por el detalle de su atuendo, ya que se trata de piedras que no son comunes en la zona centro de Méxicoy que debieron ser traídas desde Guerrero.

Además, se presume la antigüedad debido a que la manta que portaba la osamenta fue decorada con serpentina verde, cortada y trabajada minuciosamente para darle la forma de un ser con fauces abiertas, muy similar al monstruo de la Tierra de la cultura olmeca. Otra pieza aparenta ser una serpiente alada con ojos de obsidiana.

“Esto nos muestra dos cosas: la primera, que no era cualquiera, posiblemente un comerciante o alguien con poder; la segunda, que para la cosmovisión de los antiguos atlixcas, el tema de la muerte era muy importante. Invirtieron mucho trabajo en ir a traer piedras, cortarlas, darles forma y prepararlas para que ensamblaran una con otra. Extraer la obsidiana también habla de la intención y necesidad de usar todos los recursos para elaborar un objeto funerario significativo”, indicó Miguel Medina.

A esto se suma la posición y orientación de la osamenta, que como es marcado en las culturas mesoamericanas, se colocaba hacia el norte, porque existía la creencia de que de esa dirección venían los aires de los muertos y que ahí se ubicaba el Mictlán.

“Por ello, desde la antigüedad se cree que se debe recibir a los muertos en estas fechas; tiene que ver con el cambio de los vientos. A finales de octubre empieza a sentirse más frío y esa temperatura del aire, para la cosmovisión prehispánica, indicaba que venía del norte, de los muertos del Mictlán. También en esta época ya se terminó la cosecha y llegaba ese aire frío, lo que reforzó la idea de que el Mictlán se abría para que los muertos regresaran a convivir con los vivos”, expresó el arqueólogo.

De esta forma se demuestra que la vida en Atlixco podría remontarse aún más atrás, pues por tratarse de una zona con abundancia de vegetación y agua —al igual que otras regiones del estado de Puebla— podrían encontrarse restos de mamuts y cazadores en el Valle de Atlixco, remontando su presencia posiblemente a 10 mil años atrás. (KR)


Con información de: E Consulta

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