lunes, 3 de noviembre de 2025

Se estima que Volkswagen no despedirá a mil 93 trabajadores, ya que es una de las dos plantas que sostienen al consorcio: Huberto Juárez

 


Volkswagen no despedirá a mil 93 obreros de la planta de Volkswagen Puebla porque, junto con China, la fábrica mexicana representa una de las dos cartas fuertes con las que el consorcio busca salir de los problemas que enfrenta en Alemania, estimó Huberto Juárez Núñez, investigador de la Facultad de Economía de la BUAP y especialista en temas del sector automotriz. En tanto, el consorcio reportó pérdidas operativas de aproximadamente 1 mil 300 millones de euros en el tercer trimestre de 2025, principalmente por el desplome financiero y estratégico de Porsche, su filial de lujo. 

Juárez Núñez, en su participación durante el Congreso Nacional sobre el Mundo del Trabajo: Transformaciones, desafíos y perspectivas, organizado por el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades, destacó que Volkswagen Puebla es una de las plantas más eficientes y competitivas del consorcio, por lo que los posibles recortes no son más que “un buscapié, ponerle calambres al asunto”.  

El académico expuso: “Yo creo que estos son juegos maromas porque una parte de la solución del problema de Volkswagen en Alemania es México. Parte de la solución y las gerencias en Alemania y en México lo saben muy bien, es que la planta de Puebla es una de las plantas más eficientes del consorcio y tal vez la más barata”. 

La versión sobre los despidos fue anunciada en agosto por Hugo Tlalpan, secretario general del Sindicato de Volkswagenpero Juárez Núñez reiteró que estas amenazas forman parte de una lógica de presión para negociar procesos de reestructuración global, más que de una medida concreta para el país. El acuerdo en Alemania, tras la huelga de IG Metall, prevé despedir a 35 mil empleados en ese país antes de 2030, mientras parte de la producción del Golf se trasladará al complejo poblano, reforzando su papel estratégico. 

La planta de Volkswagen Puebla ha mantenido no solo su productividad sino su relevancia en la exportación, pues el 70 por ciento de su producción se destina a Estados Unidos.  

Este escenario obliga —en palabras de Juárez Núñez— a robustecer el nivel de integración regional y el cumplimiento de las reglas del T-MEC para proteger el liderazgo exportador local, especialmente en una coyuntura de incertidumbre comercial. 

El especialista subrayó que Audi, en cambio, solo exporta un tercio de su producción a ese país, lo que le permite sortear mejor los embates de los cambios comerciales internacionales al contar con un 65 por ciento de integración regional.  

No obstante, insistió en la necesidad de que la planta de Cuautlancingo siga evolucionando su nivel de integración regional para no depender en exceso de un solo mercado y blindarse ante cualquier adversidad. 

En el contexto industrial mexicanoJuárez Núñez insistió en la ventaja adicional: los bajos costos laborales mexicanos frente a los europeos.“El costo de la mano de obra mexicana es una vigésima parte del alemán, si no es que menos, lo que hace de Puebla la planta más barata y estratégica”.  

Esta competitividad responde a las exigencias de flexibilización que requiere el consorcio global ante escenarios de ajuste y reducción de utilidades. 

El investigador se refirió también al impacto de la falta de receptividad hacia la representación sindical alemana dentro de la administración: “Las propuestas de los trabajadores nunca fueron tomadas en cuenta. La arrogancia de la gerencia costó caro y ahora el ajuste es el más drástico en décadas”.  

La crisis, advirtió, no implica una pérdida absoluta sino previsión de  3 mil 500 millones de euros en utilidades. 

En el análisis internacional, Juárez Núñez explicó que la otra carta fuerte para Volkswagen es su alianza con China, especialmente a través de la colaboración con XPeng, cuyo desarrollo tecnológico reduce en 40 por ciento los costos de producción. 

Esta plataforma, afirmó el especialista, ha permitido al consorcio expandirse en el mercado asiático y adaptarse a la nueva era de la movilidad eléctrica en condiciones de mayor rentabilidad. 

Ambas cartas, la mexicana y la asiática, ofrecen alternativas para sortear la crisis de utilidades y mantener la competitividad global del grupo, sobre todo frente a los cambios geopolíticos y las exigencias de producción regional.  

LAS PÉRDIDAS POR PORSCHE AGRAVAN LA CRISIS MUNDIAL 

A nivel internacional, el Grupo Volkswagen reportó pérdidas operativas por 1 mil 300 millones de euros en el tercer trimestre de 2025, el peor escenario desde la pandemia, derivadas principalmente del desplome en Porsche. La división premium pospuso el lanzamiento de nuevos autos eléctricos y apostó temporalmente por híbridos y combustión, lo que derivó en cargos y amortizaciones multimillonarias para el grupo. 

Porsche reportó a su vez una pérdida operativa de 967 millones de euros, debilitando la estructura financiera global del consorcio en un giro drástico respecto a los márgenes y beneficios a los que la filial de lujo tiene acostumbrados a la industria. Este cambio debilitó el resultado consolidado del grupo y generó una alarma considerable en los mercados internacionales. 

Al panorama adverso contribuyó el encarecimiento de las operaciones exportadoras por aranceles en Estados Unidos, y la demanda menor en China, lo que afectó directamente los segmentos premium.  

A pesar de que Volkswagen aumentó su volumen de ventas en autos eléctricos en Europa, los márgenes no lograron compensar el daño ocasionado por la filial de lujo. A ello se sumaron las tensiones en la cadena de suministro, especialmente por la escasez de semiconductores, lo que pone en riesgo la planeación global y la continuidad industrial del grupo para lo que resta del año. 

El consorcio mantiene su previsión anual, aunque reconoce que el balance final dependerá de la recuperación de los mercados clave internacionales y de la disponibilidad tecnológica.  

Los directivos de Porsche confían en que 2025 marque el “piso” del ajuste interno y la recuperación llegue en 2026, aunque advierten: si Porsche se tambalea, todo el grupo lo resiente.  

Para la industria automotriz mundial, el caso de Volkswagen Puebla y sus dos cartas productivas –Puebla y China– representa un ejemplo de resiliencia y adaptación en tiempos de crisis y reconversión. 

Así, ambas aparecen como las piezas vitales para que Volkswagen sortee la crisis global, conserve sus puestos de trabajo en México y equilibre los recortes internacionales que impone la pérdida de la división de lujo.  

Por lo pronto, la planta de Puebla se consolida como la fábrica más barata, eficiente y estratégica, brindando estabilidad laboral y relevancia global dentro del consorcio. 

Con información de: La Jornada de Oriente

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