Por: Pbro. Gustavo Herrera.
Estamos viviendo tiempos difíciles, llenos de violencia e inseguridad, pero es en estos momentos cuando más debemos incrementar nuestra cercanía con Dios y fortalecer nuestra fe y esperanza.
Muchas veces podemos buscar pretextos para justificar nuestra indiferencia y, de esta manera, tratamos de encontrar culpables de la situación.
Ahora no se trata de echarle la culpa a nadie, sino de buscar la manera de cambiar la violencia en paz, fortaleciéndonos, por medio de nuestra fe y confianza en Dios.
Cada uno, desde nuestra trinchera y de acuerdo a nuestras posibilidades, debemos dar testimonio de la presencia de Cristo en medio de nosotros.
Sigamos aprovechando estos momentos de crisis para crecer como personas, incrementando la unión familiar, nuestra vida de oración y nuestro espíritu de paz y esperanza, que vayan generando grandes cambios en el lugar donde nos encontramos.
Ánimo, no desfallezcamos, continuemos haciendo presente a Cristo, Rey de la paz, con nuestras palabras y testimonio.
Todos podemos y debemos poner, aunque sea un granito de arena, para sembrar actitudes de fortaleza, unión y solidaridad entre nosotros, generando ambientes de paz en nuestras familias y entorno en el que nos desenvolvemos.
Incrementemos nuestra fe y cercanía con Dios, en estos tiempos difíciles.

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