viernes, 8 de agosto de 2025

Más de 162 mil hogares en Puebla, con graves carencias alimenticias: ENIGH

 

Durante 2024, la inseguridad alimentaria en Puebla afectó la dieta diaria de miles de familias.

162 mil 582 familias del estado de Puebla tuvieron graves carencias alimenticias el año pasado, de acuerdo a los resultados de Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2024. Eso implica que no pudieron realizar las tres comidas al día o que uno o dos días a la semana se quedaron sin comer. 

Es cantidad equivale al 8.7 por ciento de los hogares, mismos que reportaron haber padecido esa situación en los tres meses previos a la aplicación de la encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). 

Este escenario repercute en el humor social, que se refiere al estado de ánimo colectivo y la percepción general de seguridad, bienestar y confianza de la población. 

El estudio demoscópico puntualiza que 465 mil 398 hogares (24.8 por ciento) no accedieron a una alimentación sana y variada en el periodo mencionado. Esta cantidad es menor a la reportada en 2022, cuando ascendía a 603 mil 80 viviendas. 

Además, el 35.2 por ciento (661 mil 100 viviendas) vivió la preocupación constante de que la comida se acabara antes de fin de mes. Aunque este indicador disminuyó respecto a los 836 mil 425 hogares afectados dos años atrás, la angustia cotidiana continúa siendo un tema sensible en los hogares poblanos. 

Las dificultades alimentarias también afectaron a la población adulta. En 193 mil 148 viviendas (10.3 por ciento), al menos un adulto dejó de desayunar, comer o cenar en 2024. Esta proporción también se redujo desde el 12 por ciento registrado previamente, pero aún evidencia la fragilidad económica. 

Un 16.9 por ciento de hogares, es decir 317 mil 407 casas, reportaron que alguno de sus integrantes adultos comió menos de lo necesario debido a la escasez de recursos. 

La inseguridad alimentaria en Puebla impactó a 737 mil 623 hogares (39.3 por ciento), en los cuales se experimentó alguna dificultad para satisfacer sus necesidades alimentarias, a pesar de que se observa una mejoría respecto al 52.5 por ciento de 2022. 

Las condiciones son aún más delicadas entre familias con menores de 18 años. En 124 mil 450 hogares (28.8 por ciento) por lo menos un menor vio limitada la posibilidad de mantener una dieta sana y equilibrada, cifra que no ha variado en los últimos dos años.

La cantidad de hogares donde la dieta infantil fue de muy poca variedad bajó a 152 mil 367 (35.2 por ciento), mientras que en 98 mil 93 viviendas (22.6 por ciento) algún menor comió menos de lo adecuado. 

Además, en 90 mil 384 hogares (20.9 por ciento) se tuvo que reducir la cantidad servida a los menores, un avance frente al 25 por ciento del 2022, pero todavía insuficiente pare cerrar brechas. 

Otras manifestaciones de precariedad en el consumo alimenticio infantil se observan en 42 mil 500 familias (9.8 por ciento) donde algún menor sintió hambre pero no comió, 33 mil 972 (7.9 por ciento) donde un niño se fue a dormir con hambre y 23 mil 766 (5.5 por ciento) donde un menor solo comió una vez al día o dejó de comer durante toda una jornada.

Por otra parte, el patrón alimentario predominante en Puebla durante 2024 se basó en tortilla de maíz o cualquier otro alimento hecho de dicho grano, trigo, avena, salvado o arroz, consumidos en promedio 6.75 días por semana.  

Les siguen aceites y cremas, con 6.6 días; condimentos, café y té, 6.1 días; y azúcar o miel, jarabe de maíz, mermelada de cajeta y polvo para preparar bebidas, 5.8 días.  

Frutas y verduras frescas, enlatadas, deshidratadas, en postres o ensaladas, fueron consumidas en ambos casos en un promedio de 4.3 días. 

En contraste, los alimentos de alto valor proteico, entre estos lácteos como queso, yogurt y leche, fueron consumidos en una media de 3.5 días; huevo de gallina, codorniz, pato u otras aves, 3.4 días; carne de vaca, cerdo, cordero, cabra, conejo, pollo, pato u otras aves, 2.9 días; y pescados, sardinas, atún, camarón o cualquier otro marisco frito o seco, 0.6 días. 

Esta tendencia muestra una dieta desbalanceada, baja en proteína y micronutrientes en los sectores más vulnerables. La ENIGH 2024 revela que la inseguridad alimentaria permanece como un desafío mayúsculo y plural. 

Con información de: La Jornada de Oriente


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