El talento de un líder está en saber rodearse de talentos.
Por: Horacio Cano
No hay esfuerzo individual que alcance para llevar a buen puerto un gran proyecto. Para lograrlo, los líderes de cualquier emprendimiento, público o privado, deben observar ciertas conductas que permitan tener un equipo en armonía.
Primero. A veces los líderes caemos en la profecía auto cumplida, teoría propuesta por Robert Merton. Aunque, confieso, me gusta más la explicación de Gabriel García Márquez en un cuento escrito en México en los setentas. ¿De qué se trata? De que a veces definimos situaciones como reales, cuando en el fondo no lo son, pero al actuar como si lo fueran, las consecuencias sí terminan siendo reales. Lo dice mejor el Gabo, pero lo resumo así: actuar ante situaciones o personas como si lo que pensamos fuera cierto —sin evidencias— probablemente hará que el entorno o las personas reaccionen conforme a esa “profecía”.
Quien lidera no puede estar suponiendo lo peor de su equipo. No se trata de decretos mágicos, sino de cómo actuamos y de las consecuencias que trae. Al final, el entorno o las personas harán lo que “se profetizó”, no por sí mismas, sino impulsadas por nuestro trato.
Segundo. No cumplir con los tres principios de la dirección: dejar hacer, dar qué hacer y hacer. Suena sencillo, pero cada acción exige un profundo conocimiento del entorno y del equipo. Liderar implica tener una relación sana con el control, confiar en la gente y, sobre todo, tener claridad del rumbo al que se quiere llegar. El presidente de un equipo de futbol no corrige la alineación que manda el director técnico, el director técnico no se mete a hacer los goles y el delantero no detiene los balones que van a la portería. Cada quien en su cancha…
Tercero. Ya lo he dicho y escrito antes: “la virtud del político por vocación es buscar la posición desde la cual pueda servir más. Eso se logra con humildad. Como decía Carlos Llano: “La humildad no es hacerse menos, no es dejar el bien particular a un lado por el bien común. La humildad es entender el rol, la capacidad y la aportación que yo doy a la organización; y, una vez entendido, ver lo que yo puedo aportar al bien común”. La vocación a la política debe incluir la humildad y el talento para saber rodearse de talentos.
Quien parece no haber contemplado formar un equipo competente es cierto eterno candidato de la región de Texmelucan, quizá piensa que con su presencia basta, quizá por eso ha fallado tres veces en su intento de ser presidente, teniéndolo todo para ganar. No tiene, ya no digamos un jurista a su lado, ni siquiera alguien con sentido común que le diga que no puede estar haciendo promoción a su persona con recursos del estado como lo hizo la semana pasada participando en una entrega de obra comunitaria con gorras naranjas y presumiéndola con bombo y platillo, además de que es un delito, hubo poca visión política.
Me explico: la obra comunitaria es un programa de un estado gobernado por la 4T, cómo le hará ahora para criticar, cómo podrá criticar ahora, como oposición, las políticas del partido en el poder, si hoy las aplaude. Les digo: Tristísima oposición. Sin duda en política, los fracasos rara vez son por falta de recursos; casi siempre lo son por falta de equipo.
Apunte al aire
El día domingo, un colegio de Puebla emitió un comunicado en el que informaba la expulsión de un alumno previamente aceptado. El menor está involucrado en un homicidio que, según notas periodísticas, fue provocado por bullying. ¡Qué complejo!
Como padre de familia, sacaría de inmediato a mis hijos de esa escuela. ¿Por qué? Porque me queda claro que ahí no hay criterio. Primero aceptan al alumno y luego, ante la presión de los padres, lo expulsan. Eso me dice dos cosas:
1. Que lo aceptaron sin protocolos ni reflexión.
2. Que cualquier decisión la echarán para atrás si los papás se amotinan.
Una escuela donde los padres mandan y no hay filtros para el ingreso… triste escuela.
Como abogado, veo un error grave: al aceptarlo y luego expulsarlo, la institución vulnera los derechos humanos del menor. Decir que la decisión se tomó “siempre priorizando el bienestar, la seguridad y el adecuado desarrollo académico de nuestros estudiantes” como afirmaron en el comunicado es todo lo que necesita la familia para proceder legalmente.
Educar no es complacer a los padres, sino formar criterio. Tristemente, algunos colegios prefieren lo primero. Sin duda, los dueños de esa escuela no tuvieron talento para rodearse de talentos…
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