El consorcio Volkswagen ha tenido que aliarse con el fabricante chino Xpeng para la producción de dos modelos de vehículos eléctricos. El consorcio alemán tuvo que recurrir a esta medida debido a que en 2023 comenzó a perder terreno en China; esta medida le supondrá reducir hasta en 40 por ciento sus costos.
Así lo indicó Huberto Juárez Núñez, profesor investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Puebla, quien durante la mesa de discusión “La industria del automóvil global: reindustrialización y proteccionismo”, indicó que 2024 fue un año en el que varias armadoras occidentales, entre ellas General Motors, Stellantis y Nissan entraron en crisis, al perder terreno frente a las asiáticas, llegando incluso a cerrar líneas de producción.
En el caso de Volkswagen, recordó, estuvo a punto de cerrar plantas en Alemania y además enfrentó una huelga de sus trabajadores, debido a que se oponían a esa medida y al recorte de empleos.
El académico especializado en el sector automotriz, comentó que las marcas tradicionales solo les queda un camino: generar productos con el diseño y la tecnología que los chinos desarrollaron
“Los Chinos Empezaron A Consumir En Gran Escala, Masivamente, Autos Eléctricos Y Si Consumen Autos De Gasolina, Son Los Autos De Sus Propias Empresas, Eso Planteó Un Desequilibrio De Las Empresas Globales Que Fueron Reinas Por Más De Dos Décadas, Tienen Que Replantear Ahora Sus Objetivos. Han Tenido Que Unirse Con Ellos, De Tal Manera Que Se Formó Un Nudo Gordiano, Imposible Prácticamente De Desatar”.
Añadió que armadoras estadounidenses tienen alta dependencia de las fábricas de China. Por ejemplo, los vehículos de Tesla usan baterías de esa república, mientras que 55 por ciento de las partes de Mustang Mach-E, uno de los modelos más emblemáticos de Ford, también tienen origen chino.
Huberto Juárez destacó que en menos de una década, China logró pasar de tener solo ensambladoras de autos a contar con diseños, equipos y marcas propias. La producción de ese país alcanzó en 2024 los 31.4 millones de vehículos; en la primera mitad de ese año, rompió récord de ventas y en Europa concentró 11 por ciento de las mismas, lo que generó alarma y aceleró el acuerdo de aplicación aranceles a los automotores de dicho país asiático.
Subrayó que las empresas han logrado redefinir el “hecho en China”, desvinculándolo de la idea de que lo manufacturado ahí es de mala calidad. Por el contrario, lo ha posicionado como símbolo global de lujo para la era de vehículos eléctricos.
En su intervención, la economista Susana Rappo Miguez indicó que los cambios en las tecnologías de la industria automotriz a nivel mundial suponen una preocupación para los trabajadores porque en los últimos años han laborado en incertidumbre, debido a que las empresas han recurrido a mecanismos como los paros técnicos, que inicialmente fueron por desabasto de semiconductores, pero ahora también llegan a ser por baja en ventas o consumo.
“Hemos Observado Esa Incertidumbre Laboral Que Está Presente Dentro De La Industria. Hay Una Serie De Problemáticas Que Están Ahí, Asociadas A Que Todavía En Nuestro País La Migración Sigue Siendo La Salida Para Una Gran Parte De La Fuerza De Trabajo Que No Tiene Cabida Aquí”.
Por su parte, Héctor Sotomayor cuestionó si el auto eléctrico es la verdadera solución al cambio climático, toda vez que, como lo refirió Huberto Juárez, son cuestionables los métodos de extracción de materiales que se ocupan para las baterías, microchips y otros componentes, como níquel, cobalto, litio o paladio.
“Estamos hablando de este conjunto de agresiones al medioambiente, entonces a mí me hace mucho dudar de ese futuro promisorio. El Xiaomi SU7 Ultra está fuera de mi alcance, tal vez sea cuatro veces más barato que el auto de Porsche. Sí, es algo que se está produciendo, no para nosotros, para los de aquí, de a pie. El sentido de realidad es lo que me interpela a pensar si justamente estas rutas pueden ser sostenidas en el largo plazo por elementos como la cuestión ecológica”.
Por su parte, Raúl López, profesor de la Facultad de Economía, indicó que China es imparable ya en la industria automotriz y Estados Unidos depende de ese país por su supremacía tecnológica.
Con información de: La Jornada de Oriente
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