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miércoles, 29 de mayo de 2024

El 2 de junio nos alcanzó

 El día está por llegar, todos parecen estar preparados, pero para la derrota nadie lo está.

 

Opinión Por: Horacio Cano



 

Nerviosismo, ansiedad, tensión, a veces risas, a veces gritos desesperados, buenas noticias, malas noticias. Todas estas emociones y más, viven los candidatos el día de la jornada electoral, el famoso día “D”. Se juegan su futuro político y dependen de la confianza que la gente ha puesto en ellos para resultar victoriosos. La responsabilidad de un candidato es tremenda, llevan el peso del trabajo de los ciudadanos, que han empeñado su tiempo y a veces sus recursos a un proyecto que depende de la decisión de miles de personas en un día; personas que han apostado su trabajo, su tiempo, su dinero o simplemente todas sus esperanzas en la capacidad que tenga el candidato de mover almas y que lo elijan.

 

En los famosos bunkers o cuartos de guerra , de los que pocas veces se habla, pero todos sabemos que los hay, se tendrá información de primera mano por parte de los representantes de casillas, quienes reportarán las incidencias, algunos usarán esos datos para recurrir los resultados, quizá otros al resultar ganadores ignorarán esas incidencias. Estarán pendientes que sus estructuras comandadas por liderazgos flamantes ya hayan ido a votar. Desde ahí harán todo por ganar la elección.

 

Esperemos que en San Martín todos se conduzcan en el marco de la legalidad y ningún grupo caiga en la tentación de ensuciar la elección. Confío en que todos los candidatos lo harán, tengo la fortuna de conocerlos a todos y sé de sobra que tienen buenas intenciones para el municipio, me preocupa que la ambición de quienes los acompañan sea desmedida. Debe haber prudencia.

 

Pero ¿qué pasa después de la jornada electoral? hace una semana escribí algunos puntos a tomar en cuenta para quien gane, pero me faltó mencionar la gran tarea para todos los que participaron, incluyendo candidatos perdedores y ciudadanos que votaron por opciones diferentes a la ganadora, que será: LA RECONCILIACIÓN. En todos los niveles hemos visto campañas que dividen, buenos contra malos, se usa el eufemismo de llamarlas “campañas de contraste”, pero cuando se llevan al plano personal no hay otra forma de llamarla más que campañas negras. Al terminar las campañas, habrá que recordar que somos ciudadanos y tenemos que construir juntos el bien común en nuestras comunidades. Ningún gobierno puede construir en una sociedad dividida. No vale la pena pelear con nuestros vecinos por un proyecto político que no fue.

 

En una semana, cuando vuelva a escribir, y me den la oportunidad de leerme, espero que ya tengamos certeza sobre quién será nuestra próxima presidenta del país; gobernador; senadoras, senadores; diputadas o diputados federales y locales; y presidente municipal. Esperemos todo se lleve en paz y sea una (aunque suene muy trillado) “fiesta de la democracia”.

 

Todos los candidatos deben de recordar que las caídas duelen (unas más que otras), pero que a quien te empujó le duele ver que te levantes con la frente en alto. La realidad es que no se han dado cuenta que al empujarte ellos también cayeron de alguna forma y quizá nunca puedan levantarse, cómo hacerlo si no sabes lo que te ha pasado. En las elecciones y en la vida lo más peligroso es no saber dónde estás parado.

 

Les recuerdo a todos los candidatos y actores políticos, que hay vida más allá de las elecciones. Hasta entonces.

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