Por: Horacio Cano
“La democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo” Lincoln
Es un hecho, Donald Trump será el presidente número 47 de los Estados Unidos, ya había sido el 45. Solamente 10 personas, (entre ellos Washington, Madison, Jefferson, Clinton) han podido repetir periodo en la presidencia de éste país. Algo habrá hecho bien en su primer mandato, sobre todo en comparación a su sucesor demócrata Biden, y el pueblo decidió mediante una innegable mayoría elegirlo una vez más.
Reiterando que fue mediante el voto popular por el que llegó al poder y no resultado de algún golpe de estado o alguna acción anti-democrática similar, cosa que sería sumamente condenable ¿Por qué a la comentocracia mexicana no le cae bien el presidente número 45 y 47 de los Estados Unidos? Vaya parece que le enoja que haya ganado. Dejaré por aquí algunos ejemplos: León Krauze se ha referido a el como “el caudillo de la noche” que parecería más el mote de un villano de Batman que el resultado de un análisis sesudo entorno a un personaje. Denise Dresser compartió una imagen que emula a la estatua de la libertad llorando. Por que estaría llorando la Estatua de la Libertad si precisamente ejerciendo tal derecho, la libertad, el electorado ha decidido, en su mayoría, que Trump será presidente. Y como esos podría enunciar varios análisis llenos de lágrimas pero vacíos de argumentos de personas que dedican su vida a analizar el entorno social, político y económico.
Dicen de el que es malo, de esos de malolandia, diría un finado ex gobernador poblano. Vaya tan malo que hasta Taylor Swift lo desprecia (aclaro que como papá de una niña de 8 años soy fan de TS). Entre otras cosas se le señala que no quiere a los latinos, pero las estadísticas dicen que muchos votantes con ese origen lo eligieron ¿entonces? Que está en contra de la migración ilegal y que habrá deportaciones. ¿Deberíamos estar a favor que se viole la ley? Por cierto, Obama es el presidente que más ha deportado indocumentados, ¿por qué la comentocracia lo alaba? No entiendo…
En México hemos romantizado al migrante ilegal, que tiene todo mi respeto, pero es fruto de la desigualdad, de gobiernos que no han dado las suficientes condiciones de empleo a sus ciudadanos, de una sociedad individualista que no se preocupa por la redistribución de la riqueza y obliga a las personas a buscar oportunidades en otro país de forma ilegal, arriesgando sus vidas. Es admirable el mexicano que cruza la frontera en busca de una oportunidad, sin embargo es vergonzoso que nuestro país no pueda darles empleo a estas personas. La realidad es que mientras las leyes no cambien, el estatus de ese admirado compatriota será el de ilegal y lo que procede es la deportación. Exigimos legalidad, pero en el romanticismo del “mojado” pedimos sea exentado, así, a raja tabla.
Quizá lo tilden de malo porque no coincide con ideas “progres” de moda ¿A caso no compartir ciertas ideas te convierte en malo? Pues para nuestros analistas parece que sí. La realidad es que el discurso contra el progresismo que está implantado de forma casi totalitaria en la educación de los niños, en las universidades y en general en la vida pública, fue una de las razones por la que la mayoría de los votantes eligieron al republicano.
Veremos como se desarrolla la gestión del cuadragésimo séptimo presidente de los Estados Unidos de Norteamérica. Esperemos que vengan análisis serios, basándose en datos duros y no en sentimientos que tienen que ver con el enojo. Ojalá queden atrás los argumentos ad hominem para defenestrar al presidente Trump. Por otro lado, estoy seguro que el gobierno de nuestro país sabrá, como ya lo hizo, negociar con el vecino del norte y lograr acuerdos que beneficien a todos los mexicanos. Hasta entonces.
COMENTARIO AL AIRE
La vida pero sobre todo la política da muchas vueltas, la mayoría son inesperadas, los que aplaudían a un personaje hace años, hoy lo critican, algunos enmudecen. Veremos con el paso del tiempo como se comportan los personajes que hoy aplauden. Por eso la prudencia es vital en la vida pública, sobre todo para ser congruente y saber guardar la palabra, al final de eso es lo único que tenemos los que nos dedicamos al servicio público.
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