Por: Pbro. Gustavo Herrera.
Cinco años se dicen fácil!!!.
Un lugar vacío en la mesa, un bastón sin usar, un periódico sin leer... son cosas que nos recuerdan el vacío que deja un ser querido que ha partido de este mundo hacia otra dimensión mejor, pero desconocida para nosotros.
La muerte es un paso hacia la eternidad. Esa es una de las convicciones y afirmaciones que he aprendido desde pequeño.
Jesús de Nazaret Resucitó y nos dijo que era necesario adelantarse para preparárnos un lugar en la casa del Padre.
De la misma manera era necesario que mi mamá falleciera, para ir a llenar un lugar, reservado para ella en la casa de nuestro Padre Celestial, junto a mi papá, mi hermana Flor , mi tío Javier (que el día de hoy era su santo y cumpleaños) y todos sus seres queridos de los que nos hablaba bastante y que ya se nos habían adelantado.
Ahora, la vida continúa y tenemos la certeza de que nuestros seres queridos, que han fallecido, no nos abandonan; siempre estarán ocupando su lugar en la mesa de nuestros corazones, andarán caminando sin bastón, ni achaques por todos los rincones de nuestros pensamientos, recorriendo la casa, peleando con las mascotas y acompañándonos mientras tomamos una taza de café y platicamos de ellos.
Todos tenemos nuestro ciclo y mision, la cual tenemos que cumplir sin desfallecer.
Hoy nos toca estar en este mundo, vivamos cada momento, saboreando y disfrutando todo lo que se nos va presentando en cada minuto de nuestra existencia.
Convive y platica con los que están a tu lado; bromea, ríe y llora, pues eso es parte de nuestro existir... pero, no dejes de vivir, pues hoy estamos aquí y mañana tendremos que partir, pero lucha para que el día de tu muerte, todos puedan decir, como decimos de mi mamá:
“vivió y actuó en toda su vida de acuerdo a lo que le dictó su corazón”
Hoy es un gran día para vivir... disfrútalo al máximo!!!
Descanse en paz mi mamá, en el día de su quinto aniversario luctuoso. 🙏🏻
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