El impacto ambiental de estos sitios es especialmente preocupante cuando se localizan en barrancas, riberas de ríos y áreas de recarga hídrica, ya que los lixiviados derivados de residuos orgánicos, industriales y de la construcción infiltran el subsuelo contaminando los mantos freáticos, en un contexto de sobreexplotación del agua en la entidad, se indica por parte de la organización.
Durante 2025, La Jornada de Oriente documentó casos específicos de tiraderos clandestinos que evidencian la dimensión del problema. En Tepatlaxco, por ejemplo, el medio reportó el uso sistemático de predios como basureros ilegales, donde se depositan residuos domésticos y de la construcción sin ningún tipo de control, generando focos de infección y contaminación del suelo.
En la región de Huejotzingo, investigaciones periodísticas dieron cuenta de la existencia de decenas de tiraderos y descargas ilegales en el cauce del río Xochiac, afluente que forma parte de la cuenca Atoyac-Zahuapan. Estos sitios, ubicados aguas arriba de zonas habitadas, representan un riesgo directo para la calidad del agua y la recarga de acuíferos utilizados para consumo humano y actividades agrícolas.
Asimismo, sobre la cuenca del Atoyac-Zahuapan, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha detectado la presencia de más de mil puntos de acumulación de basura y cascajo a lo largo del río y sus afluentes en Puebla y Tlaxcala, muchos de ellos en áreas donde el suelo permite una alta infiltración de contaminantes.
La AMA indica que “la proliferación de tiraderos clandestinos está asociada a deficiencias en la recolección municipal, la saturación de rellenos sanitarios —de los cuales solo una fracción opera de manera regular— y la falta de sanciones efectivas”. De acuerdo con información difundida este año, más del 70 por ciento de los sitios de disposición de residuos en el estado opera de manera irregular o clandestina, lo que agrava la contaminación ambiental.
Aunque autoridades estatales han informado sobre operativos de inspección y programas de limpieza, organizaciones civiles y medios advierten que las acciones son insuficientes frente a la magnitud del problema, especialmente en zonas de recarga acuífera donde la contaminación del suelo tiene efectos a largo plazo”.
Con información de: La Jornada de Oriente

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