lunes, 14 de julio de 2025

Hacer Patria es cumplir con la ley

El Estado de Derecho, es una lucha de todos los días y no se alcanza de la noche a la mañana.

Por: Horacio Cano

Voy a describir tres hechos recientes en los que es evidente la deficiencia del Estado de Derecho en nuestro país:


PRIMERO: Atropellan a un periodista y el conductor huye. O lo dejan ir. De no ser por la presión del gremio periodístico y la solidaridad pública, quizá todo habría quedado en la impunidad. Gracias a Dios el periodista Fredy Aco sigue vivo y recuperándose, y el presunto responsable ha sido identificado. Pero, desgraciadamente, ese no es el común denominador. De acuerdo con Human Rights Watch, entre 2010 y 2022, solo en 17 % de los expedientes por homicidio doloso se logró identificar formalmente a un sospechoso. ¿Cuántos casos como el de Fredy no tienen ni seguimiento?


SEGUNDO: El abuso en el gasto público es otro claro ejemplo. Casos como el de Banco Accendo o la construcción del Museo Barroco muestran cómo se quiebra el pacto más básico entre gobierno y ciudadanía. Aun cuando existen lineamientos legales, son precisamente quienes deben procurar su cumplimiento los primeros en burlarlos.


¿Habrá consecuencias? ¿Se castigará a los responsables de estos desfalcos? ¿O volveremos al silencio institucional?


TERCERO: Hay otros casos de los que hemos hablado: los constantes bloqueos en la autopista México–Puebla, la contaminación del aire y los ríos, o la tolerancia —cuando no complicidad— frente a prácticas ilegales.


¿Qué tienen en común todos estos escenarios?

La falta de cultura de Estado de Derecho.


No se trata solo de leyes mal hechas o mal aplicadas. Se trata de una sociedad que no valora el cumplimiento de la norma como una forma de justicia. Y sí, suena trillado, pero no podemos esperar que las cosas cambien por arte de magia. Se requieren esfuerzos individuales que contagien a los demás, sin dejar de exigir lo que corresponde a nuestras autoridades. Porque nuestras autoridades no vienen de otro planeta: son nuestros vecinos, ex compañeros de escuela, incluso familiares. Somos parte de la misma sociedad.


Aprovechando las vacaciones, invito a reflexionar en familia: ¿estamos enseñando el respeto al Estado de Derecho a nuestros hijos? Y si no lo estamos haciendo con el ejemplo, entonces no estamos haciendo nada. No hace falta mucho: basta con cumplir lo que está prescrito.


Si eres empresario, puedes empezar por pagar tus impuestos puntualmente, reconocer los derechos laborales y actuar con responsabilidad social.


Si eres trabajador, con hacer lo que debes y estar en lo que haces, ya estás cumpliendo.

Todos tenemos algo que hacer: cumplir la ley, respetar a los demás, no aprovecharse de vacíos o palancas. Solamente pensemos si todos hiciéramos lo que nos toca hacer…


El Estado de Derecho no se da por decreto. Se instala —o se pierde— en el día a día. Hacer Patria, es cumplir con la ley, cumplir con la ley es hacer ciudadanía.



Apunte al aire


Dicen que en política lo peor que puede pasarte es pasar desapercibido. Los puestos no definen a la persona. Es la persona quien define al puesto. Porque los cargos públicos son, al final, efímeros.


Cometer errores en el servicio público es inevitable: como decía mi papá, “solo no se equivoca quien no hace nada”. Lo importante es aprender. Y sí, a veces tropezamos dos veces con la misma piedra, pero aprendemos cosas distintas.


Hace falta fortaleza para aceptar los errores, templanza para corregir, prudencia para encontrar el punto justo, y, sobre todo, caridad para ir más allá de lo que es justo.


Estos días he notado que hay muchas personas que se acuerdan de uno. Lo dicen en sobremesas, en redes, en pláticas. Para bien o para mal.

A todos —sin importar el tono— les agradezco.

Ya lo dijo un personaje de la política poblana:

“Quien no se quiera quemar, que no se meta a la cocina.”

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