Por: Gerardo Pérez Muñoz
Nuestro país, desde hace varios años, se ha convertido en una gran fosa común y morgue a la vez. De acuerdo al Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (IMDHD) al corte de agosto del presente año, el número de desaparición de personas en nuestro país es de 131,654 personas y sumando
La soberanía (poder) significa el poder y la capacidad de dictar quién puede vivir y quién debe morir. Achille Mbembe
El pasado 30 de agosto se conmemoró un aniversario más del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, pero es preciso preguntarse: ¿de dónde viene y por qué se conmemora esta fecha?
Los años 70 y 80 del siglo pasado fueron años de una intensa orgía de represión, tortura, sangre, cárcel, exilios y desapariciones de campesinos, indígenas, trabajadores y jóvenes con sus sueños truncados en México y en nuestra América, que su sueño y pecado era cambiar el sistema de opresión, injusticia y antidemocracia, represión y autoritarismo. El continente bullía la idea del cambio, de la transformación y la revolución impulsada por la Revolución Cubana y el proceso de descolonización que se daba en muchos países de África y la heroica resistencia del pueblo Vietnamita en contra del imperio yanqui. Fueron años marcados por dictaturas militares en América Latina que truncaron procesos democráticos como en Guatemala o Chile, con el apoyo total y absoluto del imperio gringo. Pululaban en el continente los Somoza en Nicaragua, los Duvaleir en Haití, los Strossner en Paraguay, los Pinochet y Videla en Chile y Argentina respectivamente. En Uruguay, estaba al frente del gobierno el dictador Bodaberry y su junta militar. De vecinos tuvimos a los dictadores y genocidas, Romeo Lucas y Ríos Montt en Guatemala con sus temibles Kaibiles y El Salvador era gobernada por una junta militar y un presidente de fachada. Años aciagos y negros también en nuestro país con gobernantes genocidas López Mateos, Díaz Ordaz, Luis Echeverría y López Portillo; años de los vuelos de la muerte, desapariciones y muerte para una gran parte de los jóvenes que optaron por la vía armada para cambiar la antidemocracia, el autoritarismo y oprobio del otrora omnipresente y aplastante partido en el poder, el PRI.
Los antecedentes del Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada y su posterior conmemoración, la podemos rastrear en la férrea lucha-particularmente de madres, esposa, hijas y abuelas de la plaza de mayo en Argentina o las Doñas de México, por ejemplo- y posteriormente con la creación de la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desparecidos. (FEDEFAM) en 1981. Fue hasta 2010 que la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció esa fecha como el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, fecha en la que actualmente se conmemora en muchos países de nuestra América Latina y de otras partes del mundo.
El día se instituyó con el objetivo de recordar a las víctimas de desapariciones forzadas, acompañar a sus familiares y promover las medidas necesarias para garantizar memoria, verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición y tratar, en la medida de lo posible, de construir una agenda común que ponga en el centro a las víctimas y sus familiares, llamadas víctimas secundarias y sobre todo, poner fin a la impunidad y hacer justicia a las víctimas. Desafortunadamente en nuestro país, ni en los anteriores gobiernos neoliberales, ni en los actuales gobiernos de la4T se ha logrado lo anterior. En este rubro no ha habido las transformaciones que se requieren y mucho menos los referidos a memoria y mucho menos, justicia.
Es esta larga y negra noche contra las injusticias de las desapariciones forzada que perdura hasta nuestros días. En este sentido, es más que justo reconocer la enorme y gran lucha de las Doñas, llamado más tarde Comité Eureka, encabezado por esa gran mujer que fue Doña Rosario Ibarra de Piedra. Su huelga de hambre llevada a cabo frente a la Catedral Metropolitana de la actual CDMX, fue un gran detonante para visibilizar la grave problemática de los detenidos/desparecidos, muchos de los cuales estuvieron en el campo militar número uno. La huelga fue un sismo y cisma en el sistema político mexicano que descobijó los bajos fondos y las cañerías del sistema de represión mexicano. Guerra sucia llevada a cabo con el apoyo, uno más, del gobierno imperialista gringo a través de su embajada radicada en México y la C.I.A, con el apoyo de sus empleados e informantes mexicanos que trabajaron como presidentes de la república: Gustavo Díaz Ordaz (Litempo 2), Luis Echeverría (Litempo 8) y José López Portillo. El PRI de antes, como el PRI de ahora, dirigido por el bravucón de cantina y barrio, Alito Moreno, jamás han dicho ni pío sobre estos crímenes de la guerra sucia y sus presidentes empleados de la CIA. Esta impresionante acción de la huelga de hambre de las Doñas se llevó a cabo en agosto de 1978, estando en el poder el frívolo José López Portillo y puso de manifiesto la hondura y gravedad de la represión y la impunidad con la que ¿actuaban? el ejército, la llamada Dirección Federal de Seguridad y su escuadrón para militar, Brigada Blanca. La exigencia central de las Doñas/Comité Eureka, era la presentación con vida de los desaparecidos y detenidos por el Estado mexicano durante la guerra sucia. Huelga de hambre que detonó la defensa de los derechos humanos en nuestro país y la lucha contra la impunidad y puso en la silla de los acusados a todo el sistema de justicia legal y al sistema político mexicano.
Antes de abordar algunos cuantos casos de desaparecidos en nuestro país, revisemos como andamos con las cifras de desaparecidos en México y Puebla.
Los desparecidos en México y Puebla
Nuestro país, desde hace varios años, se ha convertido en una gran fosa común y morgue a la vez. De acuerdo al Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (IMDHD) al corte de agosto del presente año, el número de desaparición de personas en nuestro país es de 131,654 personas y sumando. En el caso de nuestro estado en este 2025, el número de desparecidos es de 2 mil 954 personas, un incremento del 9% en comparación de 2024, de acuerdo al Informe de Desparecidos. Ocupamos el nada honroso sexto lugar a nivel nacional, con el mayor a nivel nacional personas desaparecidas.
Los olvidados: los desparecidos sociales Puebla
Es en este contexto de persecución, represión cárcel o desaparición a todo lo que oliera o pareciera a izquierda, que fuese rápida y velozmente reprimido, así fuesen campesinos pobres en busca de un pedazo de tierra para cosechar su maíz y frijol para alimentarse, o indígenas y trabajadores, entre otros grupos sociales. Tal fue el caso de Don Bernardino Villordo Cruz, desaparecido a raíz de la violenta represión a manos del ejército mexicano contra los campesinos indígenas de Monte de Chila en enero de 1970, que dejo, de acuerdo a fuentes de algunos sobrevivientes, más de 350 personas, en su mayoría indígenas totonacos y nahuas. De acuerdo a una nota periodística, el Sr. Villordo estuvo en la cárcel de Xicotepec de Juárez hasta los primeros días de febrero y fue entregado a elementos del doceavo regimiento de caballería mecanizada de Puebla para su excarcelación, después de ¿liberarlo? desaparece y no se ha sabido nada de él, como si la tierra se lo tragase. (Excélsior, 27 de febrero de 1970.)
Confirma de este genocidio y etnocidio moderno uno de los detenidos de Monte de Chila y trasladado a la cárcel de San Juan de Dios en la ciudad de Puebla, Don Roberto Toxtli, quien mencionó lo siguiente: Los federales nos trataron como animales. Recordemos que en ese tiempo el estado era gobernado por el Dr. y Gral. Rafael Moreno Valle. De tal abuelo, tal nieto.
Durante el gobierno de Alfredo Toxqui Fernández de Lara y en plena guerra sucia y fría, un 7 de marzo de 1976, es detenido y desparecido en la ciudad de Puebla, el joven Chihuahuense, José de Jesús Corral García, a quien se le acusaba de pertenecer a la Liga Comunista 23 de Septiembre. Se sabe que de Puebla fue trasladado a la CDMX con destino al campo militar número 1 y a partir de allí ya no se volvió a saber nada de él. Jesús tenía 28 años cuando lo detuvieron.
Dos años después, un 30 de septiembre de 1978, es capturado en Tecamachalco, Puebla, por elementos de la Brigada Blanca otro presunto activista de la Liga Comunista 23 de Septiembre, de nombre Valentín Fernández Zamora a quien se dice, lo torturan y desaparecen.
Un 1ero de mayo de 1990 es detenido y desparecido hasta nuestros días, el campesino Totonaco Tomás Pérez Francisco, en Pantepec, en la Sierra Norte del Estado. Tomás es detenido/desaparecido a ocho años de la atroz, cruel y cruenta represión a campesinos de origen Tepehuas y Totonacos en Rancho Nuevo, Pantepec, en 1982, estando como gobernante del estado Guillermo Jiménez Morales. Una masacre más que se ha dado en territorio poblano y que ha quedado, como la de Huehuetlán el Chico o Monte de Chila, en la total impunidad.
Hace casi diez años, un 29 de abril del año 2016 y en pleno gobierno del sátrapa Rafael Moreno Valle, es desaparecido en Huauchinango, Puebla, el militante de izquierda, dirigente de la Colonia La Aurora Roja, el Prof. bilingüe (nahua) Bonifacio Uribe Téllez. Su expediente de casi 500 páginas, descansa cómoda y tranquilamente en el fondo de un cajón de la Casa de Justicia en Huauchinango. Sobre este y otros casos que han ocurrido en la Colonia Aurora Roja, tiene pleno conocimiento la Fiscal Estatal, Idamis Pastor Betancourt, pero poco o casi nada se ha hecho para dar con el paradero del Mtro. Bonifacio.
Durante el gobierno de Antonio Gali Fayad es desaparecido en la comunidad de Zoquitlán, Sierra Negra del Estado en agosto del 2018, el compañero Sergio Hernández Rivera. Sergio es/era indígena nahua, de oficio mecánico y padre de cinco hijos. Sergio, junto con otros compañeros, fue un firme opositor a la instalación en su territorio de una hidroeléctrica que generaría energía para la Minera Autlán, ubicada en Teziutlán, Pue.
En 2001, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) presentó ante la ex Procuraduría General de la República 532 casos de desaparición forzada, 181 en zonas urbanas y 351 en zonas rurales, sin resultado alguno hasta nuestros días.
De acuerdo al Informe final, Fue el Estado: 1965–1990, elaborado por el Mecanismo para la Verdad y el Esclarecimiento Histórico (MEH), el total de personas desaparecidas en este periodo fue de 1,103 personas. Estas personas desaparecidas fueron documentadas como víctimas directas de desaparición forzada por parte del Estado y registraron 8,594 víctimas que sufrieron al menos una violación grave a los derechos humanos, como tortura, ejecución extrajudicial o detención arbitraria.
Termino con una frase dicha por un ex dirigente del 68 en relación al informe Fue el Estado, quién afirmó: Este informe tiene que ser un punto de partida para que, una vez conociendo cosas que no sabíamos, tengamos mejores herramientas para que un día la justicia venga a sentarse a nuestras mesas.
Ante estos hechos, vuelve a escucharse el grito de ¡Ni perdón ni Olvido, Justicia! y la convicción de seguir luchando por ¡Memoria, Verdad y Justicia! para nuestras y nuestros desaparecidos.
Foto tomada de Internet.
PD.
Dra. Claudia Sheinbaum, ¿acaso no le causa estupor, lástima e indignación ver fotografías de niños Gazatis famélicos y al borde de la muerte por hambre? O bien, niños, mujeres y hombres mutilados por el salvaje bombardeo Israelí en contra de la población civil de Palestina en Gaza? Basta ya de flaquezas y salidas legaloides ante el genocidio, limpieza étnica, utilización del hambre como arma de guerra y el éxodo y desplazamiento del pobre y sufrido pueblo Gazatí. Es hora de romper relaciones con el gobierno genocida de Israel y pugnar en la ONU por su salida e implementar un boicot total a todas y cada una de las empresas Israelitas en nuestro, ¡¡¡a romper relaciones ya con el gobierno genocida de Israel, ya!
Por cierto, ¿para cuándo se llevará a cabo la urgente y necesaria limpieza y renovación de los ministerios públicos y de las Fiscalías, empezando por la negligente, por decir lo menos, de la FGR? ¿O quedará sólo como una promesa más de su gobierno?
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