lunes, 29 de septiembre de 2025

A 1 km de distancia se percibe el hedor del tiradero clandestino de Granjas Carroll en Libres

 

El hedor a putrefacción, una combinación penetrante de excremento y huevo podrido, se ha convertido en el aliento de San José Morelos

El hedor a putrefacción, una combinación penetrante de excremento y huevo podrido, que impregna hasta la ropa, se ha convertido en el aliento cotidiano de San José Morelos, una comunidad en el municipio de Libres.

Entre milpas y a solo un kilómetro de sus hogares, la trasnacional Granjas Carroll ha operado impunemente un tiradero clandestino de vísceras, pelo, pezuñas, piel y otros restos orgánicos de los puercos que cría en su planta de la región, desatando una emergencia de salud pública y ambiental.

En un recorrido que realizó La Jornada de Oriente este sábado por el sitio, acompañado por un grupo de ejidatarios, reveló una escena dantesca. El tiradero, ubicado a un costado de la supercarretera de Amozoc a Teziutlán y muy cerca de un pozo de riego agrícola, es un foco de infección visible e insoportable.

Son tres enormes montones de estiercol de cerdo y tripas acomodados en hileras, de más de dos metros de altura y 50 metros de longitud, que se extiende sobre un terreno cercado de siembras de maíz, frijol y calabazas.

El olor nauseabundo e insoportable se puede sentir desde las últimas casas de la comunidad. Los desechos en descomposición generan una plaga: miles de gusanos pululan entre la materia orgánica, mientras una espesa nube de moscas e insectos impide la permanencia en el sitio por mucho tiempo.

De acuerdo con los lugareños y autoridades ejidales, este basurero opera sin el permiso del ayuntamiento de Libres, presidido por Mario Díaz, emanado del Partido Verde Ecologista de México (PVEM).

De hecho, informaron que tiene registro de una acción municipal, días antes, en la que se impidió el ingreso de un camión de Granjas Carroll a la localidad, una reacción que fue vista con esperanza, aunque se desconoce si el caso tuvo seguimiento penal o administrativo.

Expusieron que en una visita que realizó Mario Díaz a San José Morelos, hace ocho días al poblado, exhibió unas fotografías, desde su teléfono celular, donde se aprecia una patrulla y una grúa que engancha el camión con desechos para evitar que descargara en la localidad.

Ante la creciente inconformidad por el olor insoportable que desprenden los desechos, el Consejo de Vigilancia del Ejido de San José Morelos inició rondines en la comunidad para documentar la continua llegada de camiones con desechos y los posibles casos de infecciones en la piel que podrían ser derivado de la exposición a los contaminantes.

La crisis estalló el pasado viernes 26 de septiembre, cuando ejidatarios de San José Morelos formalizaron una denuncia ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), bajo el folio número 2105608, en la delegación de Puebla.

El acto marca un nuevo capítulo en la larga lucha de las comunidades de la Cuenca Libres-Oriental contra la contaminación generada por la megaempresa porcícola de origen estadunidense.

ALERTA SANITARIA: NIÑOS CON SARPULLIDO Y PICADURAS

La cercanía y exposición a los desechos ha comenzado a pasar una factura sanitaria en la población, principalmente con afectaciones a niños y adultos mayores.

En San José Morelos, las alarmas se encendieron ante el reporte de varios casos de niños con sarpullido y ronchas en el cuerpo, presumiblemente causados por picaduras de los insectos atraídos por el tiradero.

La preocupante situación se registró en la escuela primaria “Miguel Hidalgo”, donde las autoridades educativas han pedido a padres y madres de familia que, si sus hijos presentan lesiones en la piel, no los lleven a clases ante el temor de un contagio.

“A mi nieto le salieron unos granos pequeños, lo llevamos al médico y nos preguntó si convivía con animales o si había algún corral cerca, y nos acordamos de los desechos de los puercos”, informó uno de los ejidatarios a esta reportera.

Dijo que la doctora concluyó que el sarpullido que le había marcado la piel era resultado de la exposición al tiradero de desechos de Granjas Carroll, “que estaba cerca de un pozo de riego y que esa contaminación le estaba afectando”.

Pero el riesgo no discrimina. Un adulto mayor con diabetes, que ingresó sin protección a la zona, reveló bajo el anonimato que presentó ronchas y una picazón intensa en los tobillos por varias semanas, quedando expuesto a una grave infección que su padecimiento de base complicaría.

Si bien no hay denuncias directas contra la empresa por estos casos de salud, las evidencias apuntan al tiradero clandestino.

EL PERMISO VENCIDO Y EL TEMOR A LA REPRESIÓN

Los ejidatarios informaron que este tiradero lleva activo cerca de un año. Su origen se remonta a la administración municipal pasada, cuando el exregidor Mauricio Cabrera y dueño de un predio conocido como “El Manzanero” en la zona, otorgó un permiso temporal a Granjas Carroll, mismo que expiró con el cambio de gobierno.

El actual ayuntamiento que preside Mario Díaz no ha renovado ni clausurado definitivamente el sitio, a pesar de las quejas.

La lucha contra la empresa tiene un historial de resistencia y dolor. Anteriormente, un tiradero similar de Granjas Carroll operaba en el municipio de Oriental, de donde fueron expulsados por la contaminación que generaban.

Además, los pobladores recordaron el antecedente de 2004, cuando la comunidad, con apoyo del municipio, logró impedir que la transnacional instalara una de sus granjas en San José Morelos.

El temor a la represión es una constante. Los afectados señalaron que Granjas Carroll mantiene una atmósfera de intimidación, con órdenes de aprehensión contra campesinos que protestan y el doloroso antecedente del asesinato de dos jóvenes en una manifestación el pasado 20 de junio de 2024 en Totalco, Perote, muy cerca de Libres.

Esto explica por qué muchos optan por no presentar denuncias directas y la negativa a que aparezcan sus nombres en notas informativas.

A pesar de las evidencias, la Secretaría de Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial de Puebla (SMADSOT), Rebeca Bañuelos Guadarra, negó la existencia de denuncias formales sobre el vertido clandestino, asegurando que la dependencia ha trabajado de cerca con Granjas Carroll en el tratamiento de sus lodos y aguas residuales.

El Centro de Estudios Ecuménicos (CEE) y la Coordinadora Regional de Comisariados Ejidales y Comunales de la Cuenca Libres Oriental brindan acompañamiento a los ejidatarios; mientras Granjas Carroll intenta justificar la práctica alegando que los desechos son “abono orgánico”.

Los campesinos insisten en que la mayoría de los restos no son compostables y solo sirven para contaminar el suelo, que después vuelve a ser utilizado como tierra de cultivo en una preocupante práctica de contaminación itinerante.

Los ejidatarios han hecho pública su exigencia de la clausura inmediata del tiradero, la retirada definitiva de Granjas Carroll de la región, y la garantía de que no se otorguen nuevos permisos a ninguna otra empresa contaminante en la Cuenca Libres Oriental.

Con información de: La Jornada de Oriente  


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