Tras cinco años de búsqueda y dos cateos realizados por la Fiscalía General del estado de Puebla (FGE), fue confirmado el hallazgo sin vida de Rafael Huerta Vega, menor de edad reportado como desaparecido desde el 6 de octubre de 2020. Su cuerpo fue localizado enterrado en el patio de la vivienda donde vivía con su padre y madrastra, en la colonia Playas del Sur, al sur de la ciudad de Puebla.
Fue el pasado 15 de abril de 2025cuando peritos de la FGE, en coordinación con la Comisión de Búsqueda de Personas, ejecutaron un segundo cateo en el domicilio ubicado en avenida Río Grijalva y calle Coatzacoalcos. En el sitio, con apoyo de maquinaria y binomios caninos, se realizaron excavaciones que permitieron recuperar restos óseos, los cuales fueron enviados a laboratorio para su análisis pericial. Este martes, se confirmó oficialmente que pertenecen a Rafael.
La confirmación fue dada a conocer por el colectivo Voz de los Desaparecidos, que acompañó el caso desde los primeros momentos. Con ello, concluye la búsqueda de Rafael, quien tenía 12 años al momento de su desaparición.
La primera inspección en ese mismo inmueble se realizó el 3 de noviembre de 2020, semanas después de la desaparición del menor. En esa ocasión no se hallaron indicios relevantes. Sin embargo, nuevas diligencias y el seguimiento al caso permitieron ubicar restos humanos en el segundo cateo, cinco años después de su desaparición.
De acuerdo con la versión de la madrastra, María Elva R., el 6 de octubre de 2020 Rafael habría salido a una tienda cercana a comprar una lata de frijoles y no volvió. Dos días después, vecinos reportaron que el padre del menor, la madrastra y sus dos hijas abandonaron la casa con maletas.
La madre del menor, Teresa Vega, había denunciado desde un inicio que Rafael sufría violencia por parte del padre y su pareja. Además, señaló irregularidades en la investigación inicial: desde el hecho de que el padre no entregó una fotografía de Rafael para la ficha de búsqueda, hasta su negativa a presentarse a los citatorios de la Fiscalía.
Teresa declaró públicamente que, tras la separación con el padre del menor, existía un acuerdo de custodia compartida, pero que durante la pandemia Alfredo Huerta, padre del niño, comenzó a poner obstáculos para permitirle la comunicación con su hijo. Desde hace años, perdió contacto también con él, sin que las autoridades hayan logrado ubicar su paradero hasta ahora.
Las investigaciones continúan para esclarecer la responsabilidad directa en la muerte del menor y localizar a quienes estaban a su cuidado al momento de su desaparición.
Con información de: La Jornada de Oriente
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