Por segunda ocasión, llegará a los Juegos de invierno, luego de ganar la medalla de bronce en el Preolímpico de Beijing. Su patinaje artístico derriba barreras.
La sonrisa y desenvolvimiento de Donovan se han vuelto un ejemplo de mente enfocada y piel gruesa ante críticas.FOTO: AFP
Donovan Carrillo toda su vida se ha hecho oídos sordos a los comentarios que pretenden frenarlo del patinaje artístico sobre hielo. Este 2025 cosecha su esfuerzo colocándose entre los mejores patinadores del mundo. En el Preolímpico Mundial de Beijing – último selectivo para la cita invernal – ganó la medalla de bronce que significa el pasaporte a los Juegos Olímpicos de Milano -Cortina 2026, su segunda experiencia en la magna competencia.
Cuando Donovan terminó su rutina en el programa Corto (84.97 puntos) y Libre (137.39) sumó 222.36, los necesarios para obtener uno de los cinco boletos olímpicos en disputa. Remató con una sonrisa llena de confianza, que replicó en el podio ya con su medalla de bronce y en el abrazo con sus entrenadores, los canadienses Jonathan Mills y Myke Gillman.
La sonrisa y desenvolvimiento de Donovan se han vuelto un ejemplo de mente enfocada y piel gruesa ante comentarios que demeritan su deporte: “cuando hago un salto aprieto todos los músculos que tengo conscientes, todos trabajan. Es muy pesado aunque no parezca y digan que sólo bailo en el hielo. El patinaje es un deporte muy completo, no solo se enfoca en la fuerza de las piernas”, dijo a El Economista previo a su debut en los Olímpicos de Invierno Beijing 2022.
Donovan aseguró el quinto cupo de la delegación mexicana para los Olímpicos 2026 y lo hizo a sus 25 años, sintiéndose en una mejor versión de sí mismo y con marcas que se alían con su imagen como HSBC, Toyota, La Roche Posay. Si al Donovan de 16 años que vendía libretas y daba clases para pagar los costos de su deporte, le hubieran dicho que en menos de 10 años tendría patrocinadores, seguramente volvería a sonreír y gritar de emoción con la misma intensidad que lo hizo en Beijing.
Es lo que soñaba, el objetivo por el que he trabajado. Estoy ilusionado con el próximo capítulo de este viaje. Siento que mi personalidad ha evolucionado desde la última edición de los Juegos Olímpicos. Soy una persona diferente, porque uno crece como ser humano, se transforma en una mejor versión de sí mismo. Soy más feliz, positivo, confío más en mí y eso es clave para un deportista", dijo luego de su actuación.
Con información de: deportes@eleconomista.mx
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