lunes, 13 de octubre de 2025

Después del informe: la hora de la ciudadanía


Tras los informes municipales, comienza lo importante: el análisis ciudadano

Por: Horacio Cano

En estas semanas, los gobiernos municipales están rindiendo su informe. Lo hemos comentado últimamente: es una obligación establecida en la Ley Orgánica Municipal.

Pero vale la pena preguntarnos: ¿qué pasa después de esta vorágine de publicidad que, conforme a la ley, puede realizarse siete días antes y cinco días después del informe? Ahí es donde debería entrar la verdadera participación ciudadana.


Quizá sea momento de que los organismos intermedios y la sociedad civil asuman un papel más activo y realicen una glosa ciudadana de los informes.

No se trata de caer en el lugar común y criticar por criticar al gobierno en turno. Criticar sin fundamento es sencillo. Lo difícil es reconocer que los recursos municipales son limitados y que las carencias en nuestro estado son muchas. El rezago no es solo en infraestructura vial; lo hay prácticamente en cada rubro.


No es culpa del actual gobierno que existan problemas tan profundos, pero sí es su responsabilidad intentar soluciones e implementar acciones viables con resultados posibles.


Ojalá los organismos empresariales —como COPARMEX— y las universidades asumieran el liderazgo para analizar, con seriedad y públicamente, lo hecho por las autoridades municipales. Tal como se hace a nivel nacional, pero aprovechando la cercanía local que puede existir entre sociedad y gobierno.

Lamentablemente, salvo honrosas excepciones, algunos de estos organismos parecen haberse quedado solo con el papel de gestores empresariales de lujo.


La participación ciudadana debería estar ahí: revisando lo que se ha hecho, evaluando si se hizo lo posible con lo disponible, proponiendo mejoras y planteando alternativas con argumentos. Si sociedad y gobierno dialogan, todos ganan: hay legitimidad, hay democracia deliberativa y hay corresponsabilidad.


Como escribí la semana pasada, el sujeto destinatario del informe es la ciudadanía. Por eso, debe retomar su papel central en el análisis y la generación de soluciones para nuestras ciudades.


Apunte al aire


Poco se ha dicho sobre un cambio que ha vivido San Martín Texmelucan en su gobierno municipal durante el último año.


Más allá de las acciones para reducir la incidencia delictiva o de las gestiones ante el gobierno estatal para aprovechar mejor el presupuesto 2024 —que la administración 2024-2027 recibió ya en curso—, y más allá de obras relevantes como el libramiento carretero o la inversión en drenaje, algo que muchos políticos evitan porque “no se ve” aunque es vital, hay un cambio más profundo: la forma de gobernar.


San Martín necesitaba otro estilo, uno que privilegiara la paz social. Y si bien toda administración tiene críticas, hoy el municipio dejó de ser un foco rojo para el estado.


Los conflictos que antes eran constantes —con el mercado, los tianguistas, los comités de agua de las juntas auxiliares o incluso con la Iglesia— hoy se atienden mediante diálogo y entendimiento.


Hace años no se respiraba en Texmelucan un ambiente como el actual: de apertura, de cercanía, de búsqueda de acuerdos. Quedan muchos retos por delante, sin duda, pero el tono del gobierno cambió, y eso, en política, también cuenta.

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