jueves, 9 de octubre de 2025

Consagración histórica del nuevo altar, ambón y sede de la Basílica Catedral de Puebla



En un acontecimiento histórico que quedará grabado en la memoria y el corazón de los poblanos, el pasado 6 de octubre, durante la fiesta litúrgica del Beato Juan de Palafox y Mendoza, el Arzobispo de Puebla, Mons. Víctor Sánchez Espinosa, consagró el nuevo altar y bendijo el ambón y la sede de la Basílica Catedral de Puebla.


Con ocasión de esta significativa celebración, Mons. Víctor dirigió una Carta Pastoral inspirada en el ejemplo del Beato Juan de Palafox y Mendoza, quien en 1649 preparó espiritualmente a los fieles de su diócesis para la consagración de la entonces nueva Catedral.


La Solemne Eucaristía fue presidida por el VIII Arzobispo de Puebla, Mons. Víctor Sánchez Espinosa, acompañado por los Obispos Auxiliares, Mons. Francisco Javier Martínez Castillo y Mons. Tomás López Durán; el Cabildo Catedralicio, los sacerdotes formadores del Pontificio Seminario Palafoxiano y alrededor de 200 sacerdotes de la Arquidiócesis Angelopolitana. También participaron seminaristas, religiosas, laicos, así como rectores de universidades, empresarios y los artistas italianos del “Taller Artístico Arte Poli” de Verona, responsables de la elaboración de los nuevos elementos litúrgicos.


Las piezas —el altar, el ambón y la sede— fueron realizadas en Verona, Italia, siguiendo las antiguas técnicas renacentistas, para integrarse armónicamente con la historia y la belleza de la Basílica Catedral. Su mármol de ónix verde, las formas geométricas y las molduras que los componen evocan la continuidad entre el arte de los maestros del pasado y la creatividad del presente, en una comunión de fe, arte y belleza al servicio de la liturgia.


En su homilía, Mons. Víctor Sánchez destacó la memoria y el legado pastoral del Beato Juan de Palafox y Mendoza, recordando su amor por la Iglesia poblana y su impulso evangelizador. Asimismo, explicó el profundo significado teológico y litúrgico de los nuevos elementos consagrados, como signo visible de la presencia de Dios que se hace encuentro en el altar, mesa del sacrificio y banquete de salvación.



























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