Las estadísticas de 2023 y 2024 muestran una tendencia de aumento en la mortalidad, con 8,034 muertes en 2023. | Cuartoscuro
En promedio, durante 2023, en México murieron 22 personas al día debido al cáncer de mama, lo que lo coloca como una de las enfermedades oncológicas más letales para el país, afectando principalmente a mujeres: el 99.5% de los decesos se registraron precisamente en este grupo, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Las estadísticas recientes muestran una tendencia de aumento en la mortalidad con 8 mil 034 muertes en 2023. Si bien la detección temprana es crucial, la evidencia apunta a que hay diversos factores a considerar, pues a pesar de que en promedio las pacientes mexicanas reciben su diagnóstico a los 52 años —una edad más temprana en comparación con los casos de Estados Unidos, Europa y Canadá— entre el 60 y 70% de ellas presenta estadios avanzados de la enfermedad.
De acuerdo con la investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBO) de la UNAM, Sandra Lorena Romero Córdoba y su equipo, hay evidencia de que la obesidad juega un papel crucial dentro de esta tendencia.
"Hemos visto que el tejido mamario de las mexicanas está envejeciendo más rápidamente. Es decir, una persona puede tener 52 años por su cronología, pero el tejido mamario tiene 62 años por las condiciones a las que está expuesto", comparte en una entrevista con MILENIO.
¿Por qué la obesidad agrava el cáncer de mama?
Actualmente, la doctora se encuentra dirigiendo una investigación centrada en la relación entre la obesidad y el envejecimiento del tejido tumoral mamario, ya que ésta condición parece estar alentando el crecimiento de células anormales.
"Es la hipótesis que estamos persiguiendo. El cáncer en una persona con obesidad es muy diferente porque es una enfermedad sistémica, todo el cuerpo se ve afectado: tiene inflamación en muchos órganos, acumulación de grasa".
La especialista había participado previamente en un estudio publicado en enero de 2024, mismo en el que se encontró que el cáncer de mama triple negativo —uno de los más agresivos y difíciles de tratar— se ve alentado por los adipocitos, un grupo de células que, con la obesidad, aumenta tanto en número como en tamaño, ya que se adapta a la acumulación de grasa almacenada.
Investigaciones previas plantean que estas células, abundantes en el tejido mamario, pueden cambiar su comportamiento agravando el cáncer. Mediante los análisis de Romero Córdoba y su equipo se descubrió que los adipocitos interactúan con el entorno de las células del cáncer activando genes inflamatorios.
"Cuando ya no pueden acumular más grasa se rompen, explotan y hay inflamación lo que puede generar un estrés en el tejido local", comenta.
Ante este panorama, se desencadena un proceso parecido al envejecimiento: un adipocito inflamado por obesidad se parece mucho a uno envejecido.
"El cáncer, la obesidad y el envejecimiento son fenómenos muy similares. Por eso creemos que hay un envejecimiento acelerado en esta zona."
Además de la inflamación y las afectaciones en los adipocitos, los investigadores también notaron que las condiciones eran ideales para la formación de las hormonas que podrían estar 'alimentando' el cáncer de mama.
Esta cadena de factores posiblemente sea la que favorece el envejecimiento celular. La investigadora sospecha que también podría explicar el porqué se observan cánceres en mujeres más jóvenes.
"Nos preocupa eso: está aumentando bastante más rápido de lo que esperábamos. Cada vez hay más porcentaje de pacientes más jóvenes, abajo de los 30 o 35 años"
Cáncer y obesidad, el reto para México
Según lo detallado por la investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBO), UNAM se analizaron las muestras de ADN de más de 200 mujeres mexicanas con cáncer de mama para posteriormente compararlo con datos genéticos de otras partes del mundo.
A partir de los datos obtuvieron los patrones de mutación, entre ellos, el “reloj molecular”: una guía para determinar la edad del cáncer y los órganos a partir de los cambios genéticos.
Aunque las pacientes mexicanas eran más jóvenes (edad promedio de 52 años), el 40% mostraba un patrón genético típico de mujeres mayores (62 años). Los resultados sugieren que la edad biológica del tumor (según su ADN) era mayor que la edad cronológica de la paciente.
Para la doctora, es claro que el estilo de vida es crucial: la alimentación, el sedentarismos así como el estrés forman parte del problema.
"¿Hay alimentos que podrían estar alimentando la tendencia? Sí, es esta dieta que hemos tomado de Estados Unidos: hamburguesas, pizzas y un montón de refrescos y bebidas azucaradas", agrega.
La obesidad es un grave problema de salud pública que afecta al 37.3% de la población, porcentaje que, según las previsiones, aumentará hasta 45% para 2030, según datos del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
Está relacionada con múltiples enfermedades crónico degenerativas, entre ellas, cardiopatías, diabetes tipo 2, el alzheimer y más de un tipo de cáncer.
"Es un fenómeno muy complejo, porque no solo es la disfunción bioquímica que pueda haber: también va acompañada de un componente social, cultural, económico y emocional muy importante. Hoy por hoy no la entendemos bien y menos aún la relación que tiene con el cáncer. De que tienen una relación, la tienen, estamos intentando averiguar cuál es", añade.
En octubre de 2024, un estudio publicado en The Lancet detectó que el índice de masa corporal tiene una relación estrecha con 15 tipos de cánceres en hombres y 16 en mujeres.
El análisis (uno de los más grandes de su tipo) recuperó los datos de más de 4 millones de suecos y confirmó que por cada 5 kg/m de incremento en el índice de masa corporal, el riesgo de desarrollar cáncer también crecía. En el caso de mujeres con obesidad, hasta en un 12%, en el de los hombres el porcentaje aumentó hasta el 24%.
Entre los cánceres que podrían estar relacionados se encuentran el de cabeza y cuello, del sistema digestivo, piel, órganos genitales, glándulas endocrinas, tejido conectivo, sangre y sistema linfático.
Respecto a los tratamientos personalizados en el futuro, la doctora agrega que, más que desarrollar un fármaco pensado específicamente para el caso de las mujeres en México, lo que se requiere es el despliegue de estrategias de prevención pensadas para cada región del país.
Con información de: Milenio Noticias
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