La suspensión parcial de actividades en estas empresas ha obligado a sus empleados sindicalizados a recibir únicamente 50 por ciento de su salario diario durante el periodo de inactividad, conforme a los esquemas pactados entre organismos gremiales y las compañías.
De acuerdo con la Confederación Sindical Republicana (CSR), ocho proveedoras afiliadas han paralizado las áreas que dependen de los pedidos de Volkswagen.
“En este momento en paro, tenemos ocho empresas, no en su totalidad, solo en áreas que trabajan para Volkswagen, cerca de 2 mil 800 colaboradores estarán a cuenta de vacaciones o en su caso en paro técnicocon 50 por ciento de su salario diario”, explicó Constantino Sánchez Díaz, dirigente de la CSR.
Esta central acordó con las empresas minimizar el impacto en la plantilla, confirmando apenas 35 bajas laborales como resultado de la situación.
En paralelo, la FROC-Conlabor reporta que 10 proveedoras más —también conectadas con la suspensión en Volkswagen— han implementado el paro técnico bajo condiciones similares: 2 mil 500 obreros han visto reducido su ingreso al 50 por ciento, aunque mantienen el pago íntegro de bonos y prestaciones.
“No vemos un problema mayor con el paro técnico en Volkswagen; es parte de la dinámica de las proveedoras”, puntualizó René Sánchez Juárez, secretario general de la federación, añadiendo que la mayor preocupación persiste en torno al posible endurecimiento de arancelessobre autopartes mexicanas en Estados Unidos.
El escenario contrasta con la situación de las empresas afiliadas a la Confederación Auténtica de Trabajadores (CAT), que trabajan al 100 por ciento gracias a la producción de la SUV Tayron y el aumento de contrataciones en firmas clave como Fujikura Automotive México.
José Uriza Sánchez, su secretario general, detalló que son aproximadamente 6 mil trabajadores en ese grupo los que reciben la totalidad de sus percepciones.
Volkswagen Puebla anunció la suspensión de su producción durante dos semanas: la 30 (del 21 a 25 de julio), afectando la manufactura de Jetta y Tiguan; y 31 (28 de julio al 3 de agosto), que implica detener el ensamblado de estos dos últimos modelos y el de Taos.
El paro responde a la escasez de componentes, dificultades logísticas y la incertidumbre comercial global, factores que obligaron a la armadora a implementar esta pausa colectiva para estabilizar inventarios y evitar despidos masivos.
Durante este tiempo, unos 2 mil empleados directos de Volkswagen también reciben solo 50 por ciento de su salario conforme a los acuerdos con el SITIAVW.
El contexto industrial local es incierto. En el primer semestre de 2025, la producción automotriz de Volkswagen cayó 21.2 por ciento respecto al periodo anterior, y las negociaciones salariales con la base sindical avanzan en paralelo, a la espera del resultado del emplazamiento a huelga previsto para el 18 de agosto.
Sindicatos y empresas insisten en que el objetivo central es preservar el empleo y la planta productivafrente a factores sobre los que tienen poco control.
La suspensión y el pago reducido para miles de empleados ponen de relieve la dependencia de las proveedoras respecto a las decisiones de la armadora, así como la vulnerabilidad del ecosistema industrialdel estado ante las fluctuaciones internacionales y acuerdos comerciales externos.
Con información de: La Jornada de Oriente
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