miércoles, 12 de febrero de 2025

Entropía Política- Memoria viva en Huauchinango: Adelita Olivo y Gerardo Pérez Muñoz desentrañan el silencio de Monte de Chila




Por: Edgardo López Robles

"La verdad es hija del tiempo, no de la autoridad."

– Francis Bacon, filósofo y político.

El Palacio Municipal de Huauchinango, un lugar que guarda entre sus muros historias de resistencia y lucha, fue el escenario elegido para la presentación del libro Y POR LA TIERRA LA VIDA. MONTE DE CHILA Y EL INMUTABLE SILENCIO de la autora Adelita Olivo. Este edificio, que alguna vez albergó un reclusorio regional y un pequeño cuartel del ejército mexicano, se convirtió en un símbolo de memoria y justicia durante el evento.


Gerardo Pérez Muñoz, encargado de presentar el libro, no es un cronista complaciente ni escribe para halagar al poder. Es un historiador incómodo, una voz crítica que no teme señalar verdades incómodas ni desafiar a los poderosos. Abrió su intervención con una reflexión profunda sobre el significado del lugar en el que estaban reunidos. “Este espacio fue testigo de la represión”, dijo, señalando las paredes que alguna vez encerraron sueños y luchas. “Aquí enfrente, donde ahora están los baños, había un pequeño cuartel del ejército. Al pie de estas escaleras, fui detenido en 1975. Mi delito: ser comunista”. Con esta anécdota, Gerardo no solo evocó su propia historia, sino que también conectó el pasado con el presente, recordando que el palacio municipal es un recinto cargado de simbolismo para la lucha por los derechos humanos.


El libro de Adelita Olivo, explicó Gerardo, no es solo una tesis académica convertida en el libro; es un testimonio vivo de uno de los crímenes más atroces cometidos por el estado mexicano en el siglo XX: la matanza de Monte de Chila. “Este texto es un laberinto de historia, filosofía, sociología y antropología”, dijo Gerardo, “pero también es un diario de campo, un relato detectivesco que derriba el muro del silencio”. Adelita, con su investigación, logró lo que muchos intentaron ocultar: sacar a la luz la verdad sobre la masacre del 28 de enero de 1970, cuando el ejército mexicano asesinó a cientos de campesinos indígenas en la Sierra Norte de Puebla.


La autora Adelita Olivo tomó la palabra para compartir su experiencia durante el proceso de investigación. “Este libro es el resultado de años de trabajo, de recorrer caminos, de escuchar a los sobrevivientes y de enfrentar el silencio institucional”, expresó. “Quise dar voz a quienes quedaron silenciados, a quienes fueron borrados de la historia oficial”. Adelita destacó la importancia de recordar y rendir tributo a las personas caídas, no solo como un acto de justicia, sino también como una forma de prevenir que hechos de esta magnitud se repitan. La presencia del alcalde Rogelio López Angulo no pasó desapercibida. Su asistencia al evento fue un gesto significativo, especialmente en un edificio que ha sido testigo de luchas y resistencia. Gerardo aprovechó la ocasión para realizar un llamado a las autoridades locales: “Es tiempo de cambiar la denominación de calles, colonias y escuelas que aún llevan el nombre de represores y genocidas”, subrayó. “Es el momento de dignificar a las víctimas y no a los verdugos”.


Uno de los momentos más impactantes de la presentación ocurrió cuando Gerardo Pérez Muñoz, con esa voz firme, se refirió al ex gobernador Guillermo Jiménez Morales como “el hijo pródigo del cacicazgo de Huauchinango”. Sus palabras, pronunciadas en pleno palacio municipal, resonaron con fuerza. La alusión no era casual ni gratuita. En junio de 1982, durante el mandato de Jiménez Morales, en Rancho Nuevo, hoy Progreso de Allende, municipio de Pantepec, 27 campesinos fueron ejecutados por policías municipales y la extinta policía judicial. Aquel crimen, como tantos otros, había quedado sepultado bajo el manto de la impunidad y el silencio oficial. Pero Gerardo, con la valentía de quien no teme señalar a los poderosos, estaba consignando los hechos en el centro neurálgico del poder de Huauchinango. No era un acto de provocación, sino de justicia histórica.


El volumen fue posible gracias a las gestiones de Guillermo Garrido Cruz, rector de la UIEP, quien durante la presentación evocó un episodio personal: su padre fue uno de los integrantes del grupo de solicitantes de tierra en Monte de Chila, un pasaje que resuena con la lucha y el recuerdo que esta obra busca preservar. Al concluir su intervención, Gerardo Pérez Muñoz expresó su gratitud a Adelita Olivo por su valioso trabajo y reconoció la labor de la Universidad Intercultural del Estado de Puebla en la publicación de este testimonio, fundamental para la conservación del legado y la identidad de la región. El evento terminó con un llamado a no olvidar, a seguir luchando por la verdad y a honrar a las víctimas de Monte de Chila, Rancho Nuevo y tantos otros crímenes que aún esperan justicia. Gerardo Pérez Muñoz, con su voz clara y su entrega inquebrantable, fue el guía perfecto para este recorrido por el pasado y la memoria colectiva.


¡Nos vemos en la próxima edición! Hasta pronto.

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